¡¡¡Bravo Enrique!!! Qué maravilloso siglo. Dos almas separadas por 10.000 km que aúnan sus ideas a través de la red para servir al arte y la belleza. Un abrazo.
Muchas gracias por tus palabras. La voz de la guitarra en la composición de Manuel es un deleite magistral personificado en la interpretación de Mauricio. Mis imágenes son un tributo al aire de la Península que advierto en un edificio conventual de lo que alguna vez se llamó Nueva España.
He sentido el expresionismo de la guitarra y el tuyo Enrique, cada vez que alzabas los brazos te hubiera abrazado y la danza seria armónica. Gracias por estos instantes.
¡¡¡Bravo Enrique!!!
ResponderBorrarQué maravilloso siglo. Dos almas separadas por 10.000 km que aúnan sus ideas a través de la red para servir al arte y la belleza.
Un abrazo.
Hola, Manuel. Un honor poder trabajar contigo.
ResponderBorrarUn fuerte abrazo
Desde tierras granadinas (Andalucía, España) mis más sinceras felicitaciones por tan exquisito trabajo.
ResponderBorrarSaludos.
Hola, José Miguel.
ResponderBorrar¡Bienvenido al blog!
Muchas gracias por tus palabras. La voz de la guitarra en la composición de Manuel es un deleite magistral personificado en la interpretación de Mauricio. Mis imágenes son un tributo al aire de la Península que advierto en un edificio conventual de lo que alguna vez se llamó Nueva España.
Un saludo cordial.
He sentido el expresionismo de la guitarra y el tuyo Enrique, cada vez que alzabas los brazos te hubiera abrazado y la danza seria armónica.
ResponderBorrarGracias por estos instantes.
Lola: ¡El abrazo para ti siempre está en mis brazos! Y son tus palabras las que danzan felices en mi mente.
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