Enrique Arias Valencia
Tras el asesinato de su hijo, Javier Sicilia ha dicho que abandona la poesía. Por mi parte, yo no sé ni sumar, ni restar, por lo que mis poemas son siempre de metros y versos imperfectos; pero el dolor me ha revelado el valor de las lágrimas. Si Javier se calla, yo gritaré, pero la mía será una voz sin Dios.
Me acompañaste, casi sin saberlo,
venías, tú con Cristo y yo sin nada,
y alegraste mi tarde desconsuelo,
tu pluma en la Musa transformada.
Escucha, Javïer lo que te digo:
pues según las Escrituras el Padre
vio morir a su hijo, y höy tu hijo
mártir, se encüentra entre los caídos.
No comparto tu fe, has de saberlo;
mas abrazo tu dolor, y lo hago mío,
y agradezco tu voz viva de poeta
en torpes líneas del ateo esteta.
No, no dejes de gritar tu fe, bardo,
sabemos bien que eres santo con huevos.
***
La Carta abierta de Javier en el blog de Ego
6 comentarios:
Soneto muy apasionado... aunque el último verso... no está a la gran altura de lo anterior.
Manuel: eres más esteta que yo, no me cabe duda.
Un abrazo
me uno al homenaje, especialmente en los honores de la primera estrofa...
las letras no aparecen este día, en que llora la poesía
Hola, Abuela, gracias por tu visita.
Una abrazo
Conmovedor hasta las lágrimas.
Ego: es un honor tu visita y una gran iluminación tu punto de vista.
Un abrazo
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