sábado, 28 de febrero de 2009

Reseñas de libros, ahora 4

Cantos de Milarepa
Vida y enseñanza del santo-poeta del Tíbet
Editorial Yug
México, 208 págs.

El Dalai Lama es muy famoso en el mundo, y en México es apreciado por una población que sabe reconocer su rostro enmarcado por unos gruesos lentes y una túnica azafrán. Cuando el Dalai Lama visitó nuestro país en 2004, fueron muchos quienes nos congratulamos por su llegada. No obstante, la cultura y el budismo tibetanos tienen un pequeño impacto en la población mexicana.
Éste es uno de los pocos libros tibetanos traducidos al español y publicados en México. Se trata del Mila Grubum, uno de los textos básicos de la religión de los lamas.
Su prosa y su poesía tienen el don de servir como fuente de inspiración espiritual. A lo largo de sus páginas se encuentran diseminadas una serie de enseñanzas de yoga, es decir, de unión con el Absoluto. Son por lo tanto, una lámpara en el camino hacia la iluminación.
Su técnica es la de la narración de la vida de Milarepa, quien era un personaje de noble cuna, cuya vida se vio trastornada cuando su padre murió, pues sus tíos usurparon los bienes de la familia de Milarepa. Indignada, su madre le sugirió el estudio de la magia negra. Milarepa no se lo pensó dos veces, y cuando ya era un poderoso mago negro, se vengó de sus tíos. A continuación, Milarepa se dio cuenta de que su venganza era obra del mal, y decidió enmendar su camino.
La obra nos muestra a un Milarepa ermitaño, que ha tomado contacto con un lama, Marpa el traductor, y que vive en el castillo del Valle Enjoyado del Águila Roja. Sus aventuras lo llevan a viajar a ciudades exóticas y sierras nevadas; a enfrentarse a demonias sabias y santos simplones, sólo para descubrir, al final que su travesía es un encuentro en el arroyo de plata que canta y comparte la alegría del yogui.

Reseñado por: Enrique Arias Valencia

viernes, 27 de febrero de 2009

Reseñas de libros, ahora 3

El poder total de la mente
Dr. Donald L. Wilson
Madrid, 192 págs.

El objetivo de este libro es muy ambicioso, pues promete cambiar nuestra vida si seguimos sus instrucciones. Lo que hay que hacer es dar una serie de tres pasos firmes y decididos para poner a tono nuestra mente con un objetivo de crecimiento y superación personal que nos beneficiará a nosotros y a quienes nos rodean.
¿Qué podemos esperar y cómo podemos enterarnos si en verdad nos dará resultado este método? De inmediato conoceremos los beneficios si seguimos el plan de acción, pues estos pueden advertirse desde el primer día.
En primer lugar, hay que aprender a concentrarse para descubrir el asombroso papel que juega la conciencia en todos los aspectos de la vida. Una vez dado el primer paso, el siguiente nos habla de cómo dirigir la mente por el camino correcto, lo cual nos permitirá alcanzar nuestros objetivos con mayor rapidez y eficacia. La siguiente fase es la ordenación de la mente, y con la que por fin contamos con una metodología completa para que nuestro rendimiento intelectual se incremente en un cien por ciento.
Algunas de las cosas que conseguiremos con este método son: el control de peso, la mejora de la memoria, la supresión del tabaquismo, el control del dolor físico, un mejor desempeño en los deportes, y hasta el desarrollo de una salud envidiable.

Reseñado por: Enrique Arias Valencia

jueves, 26 de febrero de 2009

Reseñas de libros, ahora 2

Independencia financiera
Ramtha
Editorial Sin Límites
México, 136 págs.

¿Qué son el dinero y el oro si los consideramos desde el punto de vista de una entidad canalizada por una simple mortal? Definitivamente, lo que Ramtha tiene que decirnos sobre el dinero es una opinión nueva, que parte de su privilegiado punto de vista como sujeto desencarnado.
Cuando vivió en la Tierra, Ramtha luchó por liberar a su raza de la opresión de los Atlantes. Fue así como los lemures lograron tener en Ramtha a un líder nato, cuyo único profesor fue la naturaleza. Ahora, en un mundo que atraviesa una de las peores crisis más severas de los últimos tiempos, Ramtha le dice cómo usar el conocimiento milenario para conseguir la emancipación económica de una vez por todas.
Literalmente, Ramtha no tiene pelos en la lengua y nos asegura que quienes tienen el control financiero mundial son los verdaderos amos del mundo visible, y con su comportamiento alientan un ambiente social que somete al hombre hasta reducirlo a un estado de esclavitud de necesidad permanente y codependencia insatisfactoria.
Curiosamente, la solución de Ramtha al problema es que llevemos a cabo una revolución interior en la que nos demos cuenta de que los sueños pueden cumplirse si atendemos a las enseñanzas de la sabiduría cuando abrimos la puerta de nuestro crecimiento ilimitado: tenemos suficiente y aún más, pues así lo hemos decidido.


Reseña elaborada por Enrique Arias Valencia

miércoles, 25 de febrero de 2009

Reseñas de libros, ahora 1

El increíble poder de las emociones
Esther y Jerry Hicks
Ediciones Urano
Barcelona, 248 págs.

Nuestra existencia en este viejo planeta nos permite asistir a un teatro en el que inevitablemente somos actores y espectadores, jueces y parte de la vida misma. Y así como muchísimas escenas son bellas, felices y memorables, hay otros actos que parecen feos, tristes y que si tuviésemos un enorme borrador, seguramente eliminaríamos del guión.
Muchos de nosotros, incluido quien esto escribe, no podemos resistirnos a la tentación de culpar al mundo externo, la mala fortuna, nuestros padres o las ambiguas circunstancias de que nuestro papel esté tan mal interpretado. Y sin embargo, sigue siendo nuestro papel, y si partimos de esto, es nuestra responsabilidad desempeñarlo bien. Pero, ¿cómo hacerlo?
Los autores nos enseñan cómo transformar nuestra vida usando el más valioso regalo que la naturaleza ha depositado en nuestro cuerpo: las emociones. El viento a favor se descubre ajustando las velas: nuestras emociones son la brújula que siempre nos guía en la dirección correcta. Sólo es cuestión de que aprendamos a interpretarla correctamente.
Aprendamos, por lo tanto, el método práctico para superar las situaciones adversas con la guía instantánea que siempre nos acompaña: el latido del corazón, imagen perfecta de la intuición que nos brinda nuestra más sincera emoción.

Reseña elaborada por Enrique Arias Valencia

martes, 24 de febrero de 2009

Día de la Bandera (México)

Enrique Arias Valencia
El Escudo Nacional, la Bandera y el Himno, constituyen los "Símbolos de la Patria" y como tales se les debe guardar un gran amor y respeto.
El 24 de febrero de 1821 el ejército que consolidó la Independencia de Nuestra Nación hizo su entrada triunfal a la Ciudad de México portando una bandera que consistía de tres franjas diagonales con tres colores: rojo, verde y blanco; por eso se llamó de las tres garantías (trigarante). El rojo representaba la unión e igualdad de todos los mexicanos: indios, españoles y mestizos. El verde, la independencia de México, y el blanco la religión católica. En cada diagonal se incluía una estrella, y al centro, una corona imperial.
En la actualidad los colores de la bandera están en franjas verticales, con el escudo o insignia nacional al centro, en la franja blanca. La insignia consiste en un águila posada en un nopal con una serpiente en el pico. El nopal, a su vez se encuentra sobre una piedra que emerge de las aguas. Está orlado en la parte de abajo por ramas de encino y laurel, símbolos republicanos, anudadas en el centro con un listón tricolor, El orden, a partir del asta es: verde, blanco y rojo. Una de las nuevas interpretaciones de los colores de la bandera dice así: El color verde representa la esperanza y la victoria, el blanco la pureza de los ideales patrios y el rojo la sangre derramada por sus héroes.
El presidente Lázaro Cárdenas instituyó en 1940 el 24 de febrero como El día de la bandera.


La historia del escudo nacional se remonta al origen del pueblo azteca o mexica. En un sitio llamado Aztlán o "Lugar de las garzas" localizado según algunos autores en una isla del delta del Río San Pedro llamada Mexcaltitán, vivían los aztecas "hombres del lugar de las garzas" quienes adoraban al dios Huitzilopochtli. Sin embargo, un día Huitzilopochtli les ordenó buscar un nuevo hogar y también cambiar su nombre por el de mexicas. Entonces emprendieron un largo peregrinaje hasta que, siglos más tarde llegaron al lago de Texcoco. Hutzilopochtli les dijo entonces que buscaran entre los carrizales a un águila posada en un nopal que estaría devorando una serpiente.
Era el año de 1325 cuando los mexicas hicieron el prodigioso descubrimiento y se establecieron en el lago fundando la gran Tenochtitlán. El águila era un ave mítica entre los aztecas para quienes simbolizaba el sol mientras que la serpiente representaba la noche.

lunes, 23 de febrero de 2009

domingo, 22 de febrero de 2009

Isaías 43:19

Por tanto yo voy a llevar a cabo una
cosa nueva, que ya se manifiesta. ¿No la ven?
Sí, trazaré un camino en las soledades,
y ríos en el desierto.

Isaías 43:19

sábado, 21 de febrero de 2009

La puerta secreta hacia el éxito

La puerta secreta hacia el éxito
Florence Scovel Shinn
Editorial Lectorum
México, 112 págs.

Hágase en vosotros según vuestra fe.
Mateo 9:29

He terminado el primer libro que leo en el año: La puerta secreta hacia el éxito, de Florence Scovel Shinn, una obra que trata con lo que el universo New Age se empeña en llamar metafísica, y que la autora define como “la sabiduría de todos los tiempos”. Dejando de lado el ademán académico que se tira de los cabellos ante semejante enunciación, la obra me ha agradado, pues recoge una idea que leí por primera vez en un libro que se llamaba La actitud mental positiva: un camino hacia el éxito. “¡Hazlo ahora!” Ésta es la idea de que sólo hay que advertir que el éxito es algo que debe hacerse ahora, pues es una cuestión de actitud y agradecimiento, de darnos cuenta de que la vida es un gran éxito, y por lo tanto, todo lo que necesitamos ya lo tenemos. En palabras de la autora: “Ahora es el momento adecuado. Hoy es el día de mi maravillosa buena fortuna”.
Una de las afirmaciones más bellas de Florence Scovel Shinn dice: “Lo insospechado ocurre, mi bienestar que parecía imposible se presenta ahora”. La autora emplea una técnica que me encanta, y que consiste en interpretar la Biblia de una manera metafórica, en la cual todos los personajes son reflejos de nuestros aspectos internos. Por eso, por ejemplo, y siguiendo a Agnes M. Lawson, la dominación egipcia que no deja salir al pueblo de Israel en tiempos de Moisés es, ni más ni menos que la opresión del pensamiento racional alimentado por el orgullo, el resentimiento y el miedo, entre otras muchas alimañas.
Florence no duda en simpatizar con la intuición, la magia y la alegría, y nos dice que todos podemos abrir la puerta que nos conducirá al éxito. Nos asegura que todo es cuestión de fe en la Inteligencia Infinita de la cual formamos parte. Es así como este libro nos enseña que si confiamos en el aspecto más puro de nuestro corazón, hasta los más descabellados y nobles sueños se harán realidad en un instante.

Reseña elaborada por Enrique Arias Valencia

jueves, 19 de febrero de 2009

El hechizo del pasado para bebés

Enrique Arias Valencia

Hace mucho tiempo entré en una librería, y en la sección infantil me encontré con uno de esos libros de formato grande y letras enormes, historias sencillas. La historia que nos ocupa comenzaba presentando al popular Elmo, quien en la ilustración nos presumía una cobijita roja. Elmo aseguraba que quería mucho su cobijita, y a lo largo de las páginas contaba sus aventuras, cobijita al hombro. No obstante, resulta que la susodicha cobijita ya estaba muy deshilachada, y su mamá le había pedido que se deshiciese de ella. Elmo terminaba la fábula despidiéndose cariñosamente de su cobijita, asegurando que ahora se sentía “más grande”.
Hace unos días, en un cajón encontré un suéter que mi madre me había tejido ayeres ha, cumpleaños de por medio. Curiosamente, su color era rojo, y mostraba incluso un remiendo que se le había hecho cuando intenté rescatarlo alguna vez. Tomé el suéter, y me despedí de él. No lo arrojé sin más a la basura, sino que lo envolví en una pequeña manta, y fingí olvidar el paquete en la banca de un parque... y no me sentí más grande cuando me retiré del lugar.

La campaña IN del autobús ateo 3


lunes, 16 de febrero de 2009

De los pensamientos que no son pensamientos

Es mejor una falacia que sea fuente de vida, que una verdad que nos mate.
Enrique Arias Valencia

domingo, 15 de febrero de 2009

sábado, 14 de febrero de 2009

De los discursos míticos de la sensibilidad


Enrique Arias Valencia

La ciencia es la poesía de la realidad.
Richard Dawkins



La realidad es una poesía sin ciencia. Si bien según los secularistas en los mitos no hay más que mentiras; tampoco deja de ser cierto que muchas de esas invenciones nos muestran verdades imperecederas. Hay por ahí un consejo que dice que de nada sirve llorar sobre la leche derramada; y no hay que olvidar que hay también por ahí cierta fábula que nos cuenta que la vía láctea es un enorme chorro de leche derramada.
Quien tenga sensibilidad para entender, que entienda.

viernes, 13 de febrero de 2009

Qué es lo que dice Bunge

Enrique Arias Valencia

El filósofo busca, el poeta encuentra.
María Zambrano

¿A lo verdadero por lo falso? ¿A la ciencia por la ficción? La lógica formal que admite el tercio excluso es bivalente: o esto es verdadero o es falso. Por lo tanto, es la ciencia que nos ayuda a saber si algo es verdadero o es falso. La lógica formal es una ciencia formal: no se ocupa de la realidad, sino de sistematizar el conocimiento de la realidad. No trabaja con hechos, sino con ideas. ¿Son las ideas ficciones? ¿Es la ciencia formal una ficción? ¿Qué es lo que quiere decir Mario Bunge cuando en La ciencia, su método y su filosofía sostiene lo siguiente?

“Las diferencias de método, tipo de enunciados, y referentes que separan las ciencias fácticas de las formales, impiden que se las examine conjuntamente más allá de cierto punto. Por ser una ficción seria, rigurosa y a menudo útil, pero ficción al cabo, la ciencia formal requiere un tratamiento especial. En lo que sigue nos concentraremos en la ciencia fáctica. Daremos un vistazo a las características peculiares de las ciencias de la naturaleza y de la cultura en su estado actual, con la esperanza de que la ciencia futura enriquezca sus cualidades o, al menos, de que las civilizaciones por venir hagan mejor uso del conocimiento científico”.*

El texto se ponía sabroso cuando Bunge declara que la lógica es una ficción. Lo decepcionante es que a continuación, el filósofo reserva “un tratamiento” posterior a dicha ciencia, y nos deja con las ganas de saber más. ¿Puede un sistema formal dar cuenta de sí mismo?

¿Qué es la ficción? ¿Cuál es el papel que juega la ficción en un sistema formal? ¿Qué es lo que separa a la ficción de la realidad? ¿Es la ficción verdadera? ¿Es la ficción falsa? O la ficción es verdadera o la ficción es falsa... O...

Mi amigo, el señor Eduardo Salceda, el 7 de octubre de 2008 me aseguró que “En filosofía nunca puedes cerrar el círculo. En filosofía sólo puedes aspirar a la espiral eterna. Por lo tanto, la serpiente nunca se muerde la cola”.

Sé que considerarán malintencionada mi pregunta, pero ¿puede un sistema formal, basado en una ficción, ayudarnos a decir algo verdadero acerca del mundo? Por mi parte, yo bailo como un demonio embravecido, y quizá sea por eso que tal vez caigo en contradicciones incluso cuando digo la verdad. Sea, pues:

“Para decir una verdad científica debemos basarnos en una ficción formal”.

¿Y qué es entonces, la verdad científica? Algo de lo que podemos dudar, y que por su propio origen, no responde a la pregunta: “¿Qué es la verdad?” Recién el 18 de enero de 2009 sostuve que yo no creo que la verdad sea verdadera. Si bien al día siguiente maticé que sospecho que lo falso es verdadero. La realidad es la deformación de mi fantasía.


* Bunge, Mario, La ciencia, su método y su filosofía, p.15, México, Patria, 2006.

jueves, 12 de febrero de 2009

¿Existe lo contradictorio?

Enrique Arias Valencia

lo contradictorio puede existir. Sea A una proposición.

A = "Esta proposición es contradictoria".

¿Es A contradictoria? ¿Existe A? Ahí está.

Y la que sigue es un descubrimiento mío. Sea B una proposición.

B = B

El problema es que:

B = esta proposición antecede al signo de igual.

Luego:

Esta proposición antecede al signo de igual = esta proposición antecede al signo de igual.

¿Es idéntica la primera B a la que sigue al signo de igual?

¿Cuál de las dos es verdadera?

"Esta proposición antecede al signo de igual = esta proposición antecede al signo de igual."

¿Es falsa la segunda B? ¿Es idéntico lo idéntico a lo idéntico?

200 años de Darwin


Enrique Arias Valencia



Creo que fue cuando estaba en tercer año de primaria. En casa de una tía descubrí un libro sobre animales prehistóricos. Mi tía Graciela me prestó el libro. Al leerlo, los dinosaurios me encantaron. Ulteriormente, mis padres me compraron varias bolsas de juguetes de dinosaurios. Una vez, estando yo enfermo, mi madre y mi hermano me regalaron un dinosaurio de felpa. Luego fue conocer la idea de la evolución del hombre, y de inmediato la admití. Algunos años después leí El origen de las especies. Darwin marcó mi vida. Hoy en día, a Darwin se le quiere hacer pasar por una de las banderas más fuertes del ateísmo, a pesar de que la postura de la Iglesia Católica no es desfavorable al darwinismo.


La actitud de la Iglesia Católica con respecto a la evolución de las especies habla muy bien de la madurez espiritual de sus jerarcas, quienes en 1947 admitieron el carácter metafórico del libro del Génesis.



"La teoría de la evolución de Darwin, el darwinismo fue mal entendida en su tiempo, si se excluye a la comunidad científica, que en seguida comprendió la naturaleza y los alcances de la gran síntesis darwiniana, y la aceptó. Pero el clero, con el arzobispo de Oxford, Samuel Wilberforce, a la cabeza, optó por una posición beligerante y por la defensa a ultranza de las explicaciones bíblicas sobre el origen del hombre y, en general, de las especies. Ciertamente, el relato del Génesis quedaba reducido a un sentido puramente metafórico (como así lo aceptó la Iglesia católica en 1947) y se hacía muy difícil sostener su carácter histórico literal".1



En este mismo asunto el entonces cardenal Ratzinger escribió en una de sus homilías de semana Santa una consideración entre las relaciones entre la Biblia y la ciencia. Es así que Joseph Ratzinger afirma que no hay discrepancia entre la fe y la ciencia, y por lo tanto no hay divergencias entre el dogma de la Creación y la evolución biológica. En concreto, dice el hoy papa Benedicto XVI:



"Los espíritus más reflexivos ya hace tiempo que reconocieron que aquí no hay un «o esto o lo otro». No podemos decir: creación o evolución. La fórmula correcta tiene que ser: Creación y evolución, pues ambas cosas responden a sendas dos preguntas".2



Por lo tanto, en lo que respecta a la evolución biológica y la Iglesia católica no hay discrepancia entre ciencia y fe.



No obstante, yo no dejé de creer en Dios porque el hombre descienda del mono. Yo dejé de creer en Dios por el estado moral del mundo actual, y no por lo que sucedió hace un millón de años. No me malinterpretéis. Lo que me desagrada no es la supuesta inmoralidad de las personas, pues cada quien puede hacer de su vida lo que quiere, sino la inmoralidad del sistema, el cual acarrea todo ese sufrimiento sin sentido que tenemos que padecer los seres humanos, y que pareciera que bien pudiese evitarse: guerras, hambre, peste y muerte. Aunque en realidad, han sido mis experiencias personales las que me han llevado a descreer en el Creador: poco dinero y muchas ilusiones rotas.



Uno de mis tropezones más terribles con respecto a Darwin fue cuando alguna vez, preguntándome qué es el hombre, me aventuré a decir: "¿Un grumo de proteína que tan sólo por azar, evolucionó hasta convertirse en un Homo sapiens?" Debo retractarme y admitir que no, la evolución por selección natural no sucede por azar. Por eso, me parece que uno de los mejores homenajes a Darwin está en conocer y divulgar su teoría de la selección natural. Richard Dawkins en Escalando el monte improbable estableció una excelente explicación sobre porqué la selección natural no es un juego de azar. Paul Davies recoge y glosa a la breve la idea en El quinto milagro:



"Richard Dawkins ha resaltado que, aunque las mutaciones individuales son generalmente aleatorias, la selección natural no lo es en absoluto. La selección elimina a aquellos organismos menos favorablemente adaptados, lo que inevitablemente impulsa una tendencia en la dirección de una mejor adaptación. Pero mejor adaptación puede o no implicar una complejidad creciente. La definición de "organismo mejor adaptado" variará de un caso a otro, dependiendo de las circunstancias ambientales cambiantes. No hay un "mejor ajuste", ninguna adaptación óptima, ni ningún "objetivo" final predeterminados hacia los que la selección natural dirige a la evolución. Cualquier direccionalidad en la adaptación implica probablemente un proceso de ajuste temporal, y no forma parte de una tendencia global".



A doscientos años del nacimiento de Darwin, el milagro de su teoría nos reúne al propio Darwin, a Ratzinger, a Dawkins, a Davies y a mí. ¿Cuántos de nosotros estaríamos dispuestos a admitir que la existencia del hombre no se debe a un juego de azar, pero que sí es resultado de la selección natural?


1 Faustino Cordón apud. Charles Darwin, prólogo a El origen de las especies, Madrid, Sarpe, 1983, trad. Aníbal Froufe, p. 17.


2 Joseph Ratzinger, En el principio creó Dios. Consecuencias de la fe en la creación, Valencia, EDICEP, 2001, trad. Salvador Castellote, p.68.

C: Sobre el principio de identidad

Enrique Arias Valencia

Ahora se me ocurre algo muy perverso:

Sea C una proposición.

C = "Esta proposición es el gato de Schrödinger vive o muere si y sólo si a la derecha de esta proposición hay un signo de igualdad".

¿Es C contradictoria? ¿Existe C? Ahí está.

C = C

Luego:

"Esta proposición es el gato de Schrödinger vive o muere si y sólo si a la derecha de esta proposición hay un signo de igualdad" = "Esta proposición es el gato de Schrödinger vive o muere si y sólo si a la derecha de esta proposición hay un signo de igualdad".

Desde un punto de vista meramente formal (sea esto lo que sea que signifique) ¿qué sucede con el gato de Schrödinger en la segunda proposición?

martes, 10 de febrero de 2009

La siguiente es para Méndez

La siguiente es para Méndez:

Yo no estudio para escribir, ni menos para enseñar (que fuera en mí desmedida soberbia), sino sólo por ver si con estudiar ignoro menos. Así lo respondo y así lo siento.
La Madre Juana

Hago extensivas las felicitaciones que Atilio le dirige. Como he dicho ya alguna vez, no estoy casado con mis ideas, si es que puede compararse mi divorcio con la expresión “yo no creo en nada, ni siquiera en el ateísmo”. Por eso, en un primer momento no ostento bandera alguna, por lo que lo que haré ahora será tan sólo entender un poquito vuestra exposición, admitiéndola sin concederla. Debo reiterar así, que lo que sigue pretende ser derivado de lo expuesto por Su Excelencia en el brillante finale del mensaje del miércoles 14 de enero de 2009 a las 11:11:00 PM. Vayamos, pues al argumento, y si fallo en alguna glosa, no dudéis en enmendármela, previa señal del error.

DE SI PERTENECEN O NO PERTENECEN AL UNIVERSO OBSERVABLE LA ENERGÍA, ELECTRONES, GENES, ESPECIES Y ARIAS MISMO

Si tal y como sostiene Arias la energía no forma parte del universo no se advierte cómo podría él desplazar sus dedos por el teclado (energía cinética) para sentenciar tal desatino. Si los electrones no perteneciesen al universo observable, no se puede concebir cómo se las arreglaría Arias para despachar una respuesta electrónica. Si el código genético no existiese, no se sabría cómo podría Arias recibir caracteres hereditarios de parte de sus padres. Si las especies biológicas no pertenecen al universo observable no se puede saber qué sería aquello que se desarrolla según las leyes de la evolución biológica, y ni siquiera se tendría una explicación satisfactoria sobre porqué Arias no puede tener hijos si se le ocurre ayuntar con una gorila (¿será tal vez debido a que son de diferentes especies?) Por lo anterior expuesto, si Arias no pertenece al universo, luego no podemos saber a quién impugnamos cuando impugnamos a Arias.

Ahora, en este segundo momento, respondo:

Yo no he negado la existencia de los casos y efectos particulares de la energía, la cinética, por ejemplo, sino que me he preguntado si la energía puede advertirse tal cual fuera del sistema que da cuenta de ella. ¿Existe la energía? Muéstrame, en el mundo objetivo, la energía. ¿Has visto alguna vez a la ley de gravedad o has visto sus efectos? Por eso mismo, creo que también es legítima la pregunta: ¿en qué consiste la existencia objetiva del electrón? Muéstrame, pues, en este mundo real, el electrón real, sin mediación, tal cual, y responde ¿es la supercuerda de Greene y Suskind? ¿Es el leptón de la mecánica cuántica? ¿Es la “cosa coloreada esa” de la cromodinámica cuántica? Y suma y sigue: ¿cuál es la conformación objetiva de los genes? ¿Puedo ver la “caballidad”? Es decir, ¿pueden verse las especies o nos referimos a un sistema donde se hace referencia a ellas para explicar los conjuntos* vivos? ¿Existo como materia? Y… ¿qué materia? Yo jamás me he desayunado y de pronto, en un chispazo de iluminación, he sostenido un salero gritando: “¡Por los clavos de Cristo! ¡Esto es M 1! Ahora sólo me faltan M 2 y M3…

*Conjuntos que tampoco son observables, sino sólo como proposiciones de un sistema.

lunes, 9 de febrero de 2009

¿Puedes ver la campana de Gauss?

Enrique Arias Valencia

Si bien parece que el concepto matemático “campana de Gauss” es no-pictórico, eso no impide que quien lo escuche ya tenga una aproximación sobre el especto que tendrá la gráfica de la campana de Gauss.

¿A qué corresponde la campana de Gauss?

A) Al concepto formal:

f(x) = a e^{-(x-b)^2/2c^2}

Ahora vamos a trasladar el sentido recto de las voz “campana de Gauss” a otro figurado, en virtud de una comparación tácita:

B) A la gráfica que reconocemos como función de la campana de Gauss.

C) A la distribución de pasajeros para abordar un vagón del metro, (tren, metrobús) dada al andén una sola entrada central. (Quien conozca este secreto puede usarlo para abordar el vagón que idealmente, debería estar menos lleno).

D) Al dibujo de una campana que perfila una campana de Gauss.

E) A la silueta de la campana de una iglesia que perfile (en la que se aplique) la función f(x) = a e^{-(x-b)^2/2c^2}

Ahora vamos a trasladar el sentido recto de las voz “Campana de Gauss” a otro equivalente, en virtud de una comparación tácita:

A') La Campana de Gauss es la función gaussiana.

B') La forma tridimensional producto de la rotación de f(x) = a e^{-(x-b)^2/2c^2}.

C´) (Por aproximación al tropo): Luego: todo sistema no metafórico puede usarse para formar un sistema metafórico. Y tú, ¿puedes hacerte una pintura mental de la campana de Gauss?

A estas alturas, cualquiera tiene una idea intuitiva del dibujo de la campana de Gauss, sin haber dibujado un solo trazo. Por lo tanto, la función f(x) = a e^{-(x-b)^2/2c^2} puede verse, no sólo con “los ojos y con los ojos de la mente” sino que también puede descubrirse en el perfil de una campana sólo sugerida en un argumento que idealmente cumpla con dicha fórmula (por ejemplo, la mencionada en (E). A un ciego se le puede dar a acariciar la campana de (E) y también él, sin verla, podrá reconocer la silueta de la función.

D´) Para que esto no parezca un off topic, no hay que olvidar que Äriastóteles el off topiquista sostiene que: «Lo malo de que algunos racionalistas hayan dejado de creer en Dios no es que ya no crean en lo divino, sino que están dispuestos a creer que la ciencia no es metafórica», lo cual es una metáfora que bien le va al post “Deconstruyendo a Chesterton”.

¿Es falso lo que dice Äriastóteles?

domingo, 8 de febrero de 2009

A lo verdadero por lo falso

Enrique Arias Valencia

Alguien que no fue Chesterton, dijo: «Lo malo de que los hombres hayan dejado de creer en Dios no es que ya no crean en nada, sino que están dispuestos a creer en todo».

Äriastóteles sostiene que: «Lo malo de que algunos racionalistas hayan dejado de creer en Dios no es que ya no crean en nada, sino que están dispuestos a creer que la ciencia no es metafórica».

¿Es falso lo que dice Äriastóteles?

Si tengo esquizofrenia, y escucho una voz que me dice: “Soy un delirio”, ¿tengo un delirio? ¿Es falso lo que dice la voz? ¿Es verdadero? ¿Hay delirios capaces de decirnos la verdad?

Saludos de un delirante falaz

sábado, 7 de febrero de 2009

Los maravillosos multiversos de Richard Dawkins

Enrique Arias Valencia


"When people stop believing in God, they don’t believe in nothing — they believe in anything".
Atribuida a G. K. Chesterton
Si esta es una pregunta, responda. ¿Cuántos multiversos se necesitan para probar que es prácticamente imposible que Dios exista? En Por qué es prácticamente seguro que Dios no existe Richard Dawkins sostiene que:

Los físicos tienen ya razones para sospechar que nuestro universo, todo lo que vemos, es sólo un universo entre tal vez miles de millones. Algunos teóricos postulan un multiverso de espuma, en donde el universo que conocemos no es más que una burbuja. Cada burbuja tiene sus propias leyes y constantes. Las leyes de la física que nos resultan familiares son unas leyes provincianas. De todos los universos en la espuma, sólo una minoría posee lo que se necesita para generar vida.


Hipótesis: el número de multiversos es directamente proporcional a la cantidad de dioses que necesitamos para aprestarlos a crear los multiversos necesarios para probar que es prácticamente imposible que Dios exista.

Advertencia: la creencia en multiversos puede llevarlo a creer cualquier cosa, que era de lo que quería advertirnos el autor de la frase: "When people stop believing in God, they don’t believe in nothing — they believe in anything". (Tomando anything por cualquier cosa).

viernes, 6 de febrero de 2009

Los sistemas deductivos son metafóricos

Enrique Arias Valencia

Por ejemplo, todos los silogismos de la forma BARBARA son metáforas de (se parecen a, pueden reducirse a) esta fórmula:

Todos los A son B.
Todo C es A.
Todo C es B.

Traslademos a conceptos:

Todo lo que está predeterminado es necesario.
Todo suceso está predeterminado.
Todo suceso es necesario.
Leibniz

Metáfora: El argumento anterior haría las delicias de los deterministas (delicia por agrado, agrado por aprobación).

Los sistemas hipóteticos son metafóricos. Podemos trasladar P a algo que se supone x. &

Si el lenguaje matemático no es metáfora, ¿a qué hace referencia?

Si la lógica no es oscura, no hay nada que nos impida leer y entender a primera vista esto:

PROPOSICION VI. “A toda clase c de fórmulas w-consistente recursivas le corresponde una clase-signo r tal que ni v Gen r ni Neg (v Gen r) pertenecen a Flg(c), donde v es la variable libre de r”.
Gödel

jueves, 5 de febrero de 2009

El triunfo de la metáfora

El significado del significado

Enrique Arias Valencia



Falacia 15: Palabras emotivas y falsas analogías: Las palabras emotivas se usan para provocar emociones y, a veces, para oscurecer la racionalidad. Pueden ser palabras emotivas positivas: maternidad, Patria, integridad, honestidad. O pueden ser negativas: violación, cáncer, mal, comunismo. De la misma manera, las metáforas y las analogías pueden nublar el pensamiento con emociones y desviarnos del camino correcto: "La inflación es el cáncer de la sociedad", o "La industria viola el ambiente". Las analogías y las metáforas -al igual que las anécdotas- no constituyen pruebas. Son meramente herramientas retóricas.
Choreado y traducido por Barullo de Why People Believe Weird Things (Por qué la gente cree cosas extrañas), de Michael Shermer



Una metáfora es una figura retórica que consiste en trasladar el significado o parte del significado de un concepto a otro concepto por medio de una comparación mental.
Una comparación estricta consiste en decirle a una mujer que: Soy como el planeta que gira en torno tuyo, pues eres como mi Sol”, en tanto que una metáfora consiste en decirle: “Eres mi Sol y yo soy tu planeta que gira en torno tuyo”.
La divulgación de la ciencia exige el uso de metáforas y comparaciones para intentar hacer accesibles al gran público conceptos científicos que muchas veces son muy pero que muy abstractos.
Así tenemos que en lugar de ostentar las embrolladas ecuaciones de la física cuántica que explican y reexplican la traslación de los electrones –esa cruza de partícula y honda– alrededor del núcleo atómico, en niveles energéticos que se representan como “nubes de probabilidad”; para explicar lo anterior simplemente se afirma que los electrones se mueven en “órbitas” de manera parecida a como se desplazan los planetas en torno al Sol.
Sin embargo, muchos súper expertos afirman que las metáforas sólo pueden darnos una imagen distorsionadísima de la realidad, pues dicha imagen es “menos precisa” que el muy preciso concepto científico, pues ni los electrones son planetitas microscópicos ni el átomo es un sistema solar en miniatura, faltaba, y faltaba más.
Y sin embargo, la metáfora se mueve, y se mueve bien. ¿Y quién puede tirarle la primera piedra a una metáfora que se mueve? Porque si a esas vamos, los súper expertos tendrían que aceptar que las “nubes de probabilidad” tampoco son verdaderas nubes: se trata de manera reiterada y reiteradamente, de metáforas que intentan hacer una descripción gráfica de aquello que sólo puede mostrarse con estricta fidelidad señalando al objeto y mismo y contemplándolo en todo su esplendor y misterio indescriptible. Las “nubes de probabilidad” sólo pueden representarse con pálido rigor por medio de ecuaciones y gráficas muy complejas que sólo los súper expertos pueden entender.
No obstante, no hay que perder de vista que aun las ecuaciones son un pálido reflejo de la realidad, pues incluso esas abstrusas ecuaciones, así como todas las otras maneras en que la ciencia intenta describir, explicar y reproducir el comportamiento de la naturaleza, (representaciones, modelos, simulaciones en computador), precisamente son elementos pertenecientes a la mima clase que las metáforas; porque no son la naturaleza, sino objetos que se le parecen en algo, ya sea en forma considerable o sólo aproximada, y que nos pueden auxiliar para comprenderla mejor, e incluso, a pronosticar su proceder en un momento dado.
Varios conceptos que son archiconocidos en la ciencia moderna, piedras angulares de cada una de sus áreas, fueron en un principio –y aún lo son, aunque ya no nos damos cuenta de ello–, metáforas. ¿Existen en la realidad real –sea ésta lo que sea– la energía, los electrones, los genes, las especies, el yo, nosotros mismos?
En un largo y extendido ergo, la ciencia es una tarea que consiste en construir metáforas que puedan contrastarse con la naturaleza.
De la misma manera que el pintor o el poeta, el músico o el arquitecto, o el divulgador de la ciencia, el filósofo intenta elaborar imágenes aproximadas que le den significado a esa naturaleza que está ahí, “fuera de su cabeza”. Por lo tanto, es muy pero que muy posible que sea inmerecido para los heraldos populares el hecho de que haya quienes repudien la tarea de traslación recreativa que hacen los divulgadores científicos para transmitir las metáforas científicas al gran público. A la postre, es evidente que no todos podemos recitar las composiciones poéticas de Homero en griego, su idioma primigenio, pero creo que todos tenemos derecho de gozar con ellas.

miércoles, 4 de febrero de 2009

La deliciosa deconstrucción de Dawkins o El gen no egoísta

Enrique Arias Valencia

«Lo malo de que los hombres hayan dejado de creer en Dios no es que ya no crean en nada, sino que están dispuestos a creer en cualquier cosa».
Una frase falsamente atribuida a Gilbert Keith Chesterton

¿Qué tan cualquier cosa pueden llegar a ser algunos de los argumentos de los así autodenominados racionalistas? ¿Qué tan cualquier cosa pueden llegar a ser algunos de los argumentos de Richard Dawkins? El célebre etólogo, en su obra El gen egoísta, pareciera sostener que determinadas moléculas proteínicas, nuestros genes, intentan de perpetuarse a sí mismos organizando y dictando nuestros actos de tal manera que garanticen su propia supervivencia. Por tanto, según esta doctrina sociobiológica la conducta* y la cultura humanas** están predeterminadas*** en una grandiosa medida por la codicia de nuestros genes por autoconservarse.****

Esta dilucidación reduccionista puede impugnarse por medio de la reducción al absurdo advirtiendo que varias culturas con prácticamente el mismo patrimonio genético, presentan conductas bastante diversas. Otra manera de refutar al brillante Dawkins radica en transportar la reducción todavía más lejos. Alguien bien puede sostener que no son los genes los que practican el egoísmo, sino cierto enlace químico de los genes. Por consiguiente, nuestros actos no estarían predeterminados por nuestros genes, sino por dicho enlace químico que hay en ellos y que lo único que quiere es perpetuarse a sí mismo.

Lo anterior debe servir como prueba de que no sólo los creyentes son capaces de creerse cualquier cosa, sino que aún las más brillantes mentes son capaces no sólo de creer cualquier cosa, sino de ser autores de libros sobre cualquier cosa, y hacernos creer que son los otros los que creen en cualquier cosa. Así, pues, si sólo consideramos sus respectivos campos de acción, estadísticamente, ¿quiénes incurren en más errores, los creyentes o los no creyentes?



* Nótese, asunto de etólogos.

** Adviértase: asunto de sociólogos.

*** Asunto de mecanicistas.

**** Cosa de biólogos.

martes, 3 de febrero de 2009

¿Quién como la bestia?

Enrique Arias Valencia

¿Quién puede impedirme creer en Dios en la mañana, ser agnóstico en la tarde y anochecer ateo?

lunes, 2 de febrero de 2009

El hechizo del pasado

Enrique Arias Valencia

Pude haber sido paleontólogo, pero mis amigos me instaron a descubrir que es mejor no desenterrar el pasado. Y me dieron pruebas de que tenían razón.

De hecho, uno de mis mejores amigos es el mito. Y hay un mito que insiste que del pasado, ni voltear a verlo.

La historia es tan conocida que me da vergüenza comentarla. Lot le prohibe a su esposa voltear a ver la ciudad de la que huyen, y al desobedecer a sus esposo, ella queda convertida en estatua de sal.

Independientemente de que ateos como el etólogo Richard Dawkins afirmen que de la Biblia no se puede obtener una buena enseñanza moral, parece que lo del mito de Lot es un buen consejo, y por lo tanto es mucho más que un mito.

De hecho, a veces pareciera que los racionalistas no saben cumplir con el único mandamiento de los mitos: "No interpretarás ningún mito literalmente". Y así es: no, Señor racionalista, la esposa de Lot no se convirtió en estatua de sal. De eso no trata esa historia.

A Dawkins le satisface más saber qué clase de parentesco tenemos con el Australopithecus boisei que tratar de comprender el lenguaje secreto de los mitos. Cada quien puede hacer de su vida lo que le plazca.

El pequeño problema es que el pasado nos hechiza de una forma tal, que tal vez nadie, ni siquiera el más famoso de los racionalistas sea capaz de reconocer que si uno se chupa el dedo tras darse un martillazo, la sangre no le sabrá a sangre, sino a sal.

Por ejemplo, el propio Dawkins. Se dice ateo, pero al haber nacido cristiano, sus orígenes lo traicionan de vez en cuando, y él mismo ha confesado que bien puede decir "¡Dios mío!" si se suelta un martillazo.

¿Podemos replicarle al mito: no fue acaso en el pasado cuando aprendimos a leer y escribir? ¿Qué no fue en el pasado cuando aprendimos a caminar? ¿Podemos realmente romper con el pasado?

¿Puede ponerse en práctica eso de que romper con el pasado es mejor que seguir aferrado a él? La vida amable y llena de amor de aquellos que no se apegan al pasado es una deliciosa tentación a favor de su postura, pero hasta el momento, Dios no me ha dejado caer en la tentación, y eso que mi directora espiritual varias veces me ha invitado a romper con todos los tiempos pretéritos.

Hoy no soy paleontólogo, pero aunque nunca me arrepiento de no saber cuál es mi parentesco con el Australopithecus boisei, de vez en cuando no dejo de decir ¡Dios mío!, cuando el dedo me sabe a sal tras un accidente con un martillo.

domingo, 1 de febrero de 2009