martes, 10 de febrero de 2009

La siguiente es para Méndez

La siguiente es para Méndez:

Yo no estudio para escribir, ni menos para enseñar (que fuera en mí desmedida soberbia), sino sólo por ver si con estudiar ignoro menos. Así lo respondo y así lo siento.
La Madre Juana

Hago extensivas las felicitaciones que Atilio le dirige. Como he dicho ya alguna vez, no estoy casado con mis ideas, si es que puede compararse mi divorcio con la expresión “yo no creo en nada, ni siquiera en el ateísmo”. Por eso, en un primer momento no ostento bandera alguna, por lo que lo que haré ahora será tan sólo entender un poquito vuestra exposición, admitiéndola sin concederla. Debo reiterar así, que lo que sigue pretende ser derivado de lo expuesto por Su Excelencia en el brillante finale del mensaje del miércoles 14 de enero de 2009 a las 11:11:00 PM. Vayamos, pues al argumento, y si fallo en alguna glosa, no dudéis en enmendármela, previa señal del error.

DE SI PERTENECEN O NO PERTENECEN AL UNIVERSO OBSERVABLE LA ENERGÍA, ELECTRONES, GENES, ESPECIES Y ARIAS MISMO

Si tal y como sostiene Arias la energía no forma parte del universo no se advierte cómo podría él desplazar sus dedos por el teclado (energía cinética) para sentenciar tal desatino. Si los electrones no perteneciesen al universo observable, no se puede concebir cómo se las arreglaría Arias para despachar una respuesta electrónica. Si el código genético no existiese, no se sabría cómo podría Arias recibir caracteres hereditarios de parte de sus padres. Si las especies biológicas no pertenecen al universo observable no se puede saber qué sería aquello que se desarrolla según las leyes de la evolución biológica, y ni siquiera se tendría una explicación satisfactoria sobre porqué Arias no puede tener hijos si se le ocurre ayuntar con una gorila (¿será tal vez debido a que son de diferentes especies?) Por lo anterior expuesto, si Arias no pertenece al universo, luego no podemos saber a quién impugnamos cuando impugnamos a Arias.

Ahora, en este segundo momento, respondo:

Yo no he negado la existencia de los casos y efectos particulares de la energía, la cinética, por ejemplo, sino que me he preguntado si la energía puede advertirse tal cual fuera del sistema que da cuenta de ella. ¿Existe la energía? Muéstrame, en el mundo objetivo, la energía. ¿Has visto alguna vez a la ley de gravedad o has visto sus efectos? Por eso mismo, creo que también es legítima la pregunta: ¿en qué consiste la existencia objetiva del electrón? Muéstrame, pues, en este mundo real, el electrón real, sin mediación, tal cual, y responde ¿es la supercuerda de Greene y Suskind? ¿Es el leptón de la mecánica cuántica? ¿Es la “cosa coloreada esa” de la cromodinámica cuántica? Y suma y sigue: ¿cuál es la conformación objetiva de los genes? ¿Puedo ver la “caballidad”? Es decir, ¿pueden verse las especies o nos referimos a un sistema donde se hace referencia a ellas para explicar los conjuntos* vivos? ¿Existo como materia? Y… ¿qué materia? Yo jamás me he desayunado y de pronto, en un chispazo de iluminación, he sostenido un salero gritando: “¡Por los clavos de Cristo! ¡Esto es M 1! Ahora sólo me faltan M 2 y M3…

*Conjuntos que tampoco son observables, sino sólo como proposiciones de un sistema.

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