lunes, 4 de enero de 2010

Dios no es perfecto, pero el arte sí

Enrique Arias Valencia

DRAE:

perfecto. 1. adj. Que tiene el mayor grado posible de bondad o
excelencia en su línea.


Esta definición es malísima, pero nos acerca a lo que debe entenderse por perfecto. Quizá ni Dios sería perfecto en caso de que admitiésemos lo que dice el DRAE en su primera definición de perfecto.

Por lo tanto, aquí propondremos que por perfecto debe entenderse algo que se ciñe por completo a una regla. Así, un decasílabo perfecto es el siguiente:

“Lámina sirva el Cielo al retrato”

Porque se ciñe por completo a la regla del metro de diez sílabas. Ahora, según la definición anterior, ¿es Dios perfecto? Veamos cuál es la regla a la que debe ceñirse Dios: Dios es omnipotente e infinitamente bueno, los cuales son caracteres que se autoexcluyen. Aun con una definición restringida de Dios, ésta le queda grande.

La objeción de Epicuro sigue vigente:

1) O Dios quiso eliminar el mal y no pudo.
2) O Dios pudo eliminar el mal y
no quiso.
3) O Dios ni quiso ni pudo eliminar el mal.
4) O Dios quiso y pudo eliminar el mal.


Todas contradicen la definición de Dios.

Prueba:

En el caso 1, Dios es impotente, lo cual contradice su omnipotencia.
En el caso 2, Dios es malvado, lo cual contradice su infinita bondad.
En el caso 3, Dios es impotente y malvado a la vez, lo cual contradice su omnipotencia e infinita bondad.
En el caso 4, si Dios quiere y puede acabar con el mal, ¿por qué no elimina el mal? En este caso, Dios es incoherente, lo cual contradice su suma perfección.

Es así que Dios ni siquiera puede aspirar a la perfección, en tanto que el arte es perfecto y es algo que puede probarse.

Epicuro lanzó su crítica a un Dios personal y benevolente como Zeus. Hay dioses, como Shiva, que quedan fuera de este argumento, pues el problema del bien y del mal es ajeno a un dios como él.

Dice el DRAE:

Soneto: soneto.

(Del it. sonetto, y este del lat. sonus, sonido).

1. m. Composición poética que consta de catorce versos endecasílabos distribuidos en dos cuartetos y dos tercetos. En cada uno de los cuartetos riman, por regla general, el primer verso con el cuarto y el segundo con el tercero, y en ambos deben ser unas mismas las consonancias. En los tercetos pueden ir estas ordenadas de distintas maneras.

~ caudato.

1. m.
soneto con estrambote.



Este soneto va dirigido a mí, desde Razón atea, el autor es Fernando G. Toledo.

Soneto aconsejado y con estrambote para el ínclito Enrique Arias Valencia, el de lengua fácil y lectura difícil

He de recomendarle, Arias Valencia,
Que al componer una silva los versos
Que a Vd. le brotan sin mayor esfuerzo
Estén bien contados. Tenga paciencia

Si con ellos no desea violencia
Provocar en los públicos diversos
Que lo siguen por todo el universo
Y admiran su gran arte y mejor ciencia.

Si, además, contra Dawkins se abalanza
Con fusiles de pólvora mojada,
Disimule su crítica iletrada

Con algo de más peso que una chanza.
Y evite en suma invocar a Dios mismo
Para no ser menos que un espejismo.

Son consejos modestos,
Don Enrique, que puede Vd. seguir,
O bien doctorarse en Hazmerreír.


Prueba de que acabamos de leer un soneto perfecto:

He-de-re-co-men-dar-le,A-rias-Va-len-cia,
1-2-3-4-5-6-7-8-9-10-11 ¡Perfecto!

Queal-com-po-ner-u-na-sil-va-los-ver-sos
1-2-3-4-5-6-7-8-9-10-11 ¡Perfecto!

Queaus-ted-le-bro-tan-sin-ma-yor-es-fuer-zo
1-2-3-4-5-6-7-8-9-10-11 ¡Perfecto!

Es-tén-bien-con-ta-dos.-Ten-ga-pa-cien-cia.
1-2-3-4-5-6-7-8-9-10-11 ¡Perfecto!

Otra prueba:
Dice el DRAE: “En cada uno de los cuartetos riman, por regla general, el primer verso con el cuarto”.

He de recomendarle, Arias Valencia,
Que al componer una silva los versos
Que a Vd. le brotan sin mayor esfuerzo
Estén bien contados. Tenga paciencia

¡Perfecto! Y de tres sílabas. Todo un portento.

Otra prueba: DRAE de nuevo: “y el segundo con el tercero…”

He de recomendarle, Arias Valencia,
Que al componer una silva los versos
Que a Vd. le brotan sin mayor esfuerzo
Estén bien contados. Tenga paciencia

¡Perfecto! Y con esa exquisita ambigüedad que dan dos vocales seguidas…

Otra prueba: DRAE: “y en ambos deben ser unas mismas las consonancias”.

Prueba:

Valencia del primer cuarteto y violencia del segundo.
Versos del primer cuarteto y diversos del segundo.
Esfuerzo del primer cuarteto, y universo del segundo.
Paciencia del primer cuarteto, y ciencia del segundo.

¡Perfecto!

DRAE: “En los tercetos pueden ir estas ordenadas de distintas maneras”.

Lirismo:

Si, además, contra Dawkins se abalanza
Con fusiles de pólvora mojada,
Disimule su crítica iletrada

Con algo de más peso que una chanza.
Y evite en suma invocar a Dios mismo
Para no ser menos que un espe
jismo.

Algo sorprendente es que en la conversación en prosa Fernando replicó una necedad de mi autoría del siguiente modo: “Por cierto, y fuera de broma, no le eche la culpa a Dios que no vamos a encontrar a quién imputar.” frase poética que antecedió al segundo verso del segundo terceto. Si así obtengo poesía, ¡bienvenida sea mi necedad!

Wikipedia:

Soneto con estrambote

El estrambote (del italiano strambotto) es un verso o serie de versos que se añaden a un poema de estructura fija, como el soneto. Un ejemplo de soneto con estrambote es "Al túmulo del rey Felipe II en Sevilla", de Miguel de Cervantes; a los catorce versos de que consta el soneto se añaden tres más, que constituyen el estrambote.

El soneto con estrambote persigue casi siempre una finalidad humorística; es de notar que del sustantivo estrambote deriva el adjetivo estrambótico, que significa, según la Real Academia Española, "extravagante, irregular y sin orden".


Va el estrambote del poema que hemos estado analizando.

Son consejos modestos,
Don Enrique, que puede Vd. seguir,
O bien doctorarse en Hazmerreír.

¡Perfecto y humorístico!

También quiero añadir que por eso ya he sostenido que si para hacer el mundo Dios hubiese sido un poco más humilde, bien habría aceptado la ayuda de, por lo menos un poeta y un músico, y entonces el mundo sería siempre bello y esplendoroso; pero nuestro ausente Dios, no nos dio nada y debemos luchar, es decir, sufrir, para llegar a conquistar la alegría.

Enrique Arias Valencia

5 comentarios:

Jack Astron dijo...

Upps. Enrique: parece que encontraste a un digno rival en el manejo del lenguaje.

En mi calidad de astronauta de léxico limitado, los felicito a ambos por el ingenio que derrochan.

Saludos!

Enrique Arias Valencia dijo...

¡Hola, Jack! Ojalá puedas leer esto:

clic aquí

¡Feliz año!

Jack Astron dijo...

Lo leí. Bonita historia.

Envidio tu facilidad para comunicar tus vivencias con palabras.

¡Feliz Año Nuevo!

Dyas dijo...

Dios no eliminó el mal porque quiso dejarte a ti esa tarea.
¿Contribuyes a esa eliminación?
Saludos.

Renton dijo...

Enrique:
La objeción de Epicuro sigue vigente:

1) O Dios quiso eliminar el mal y no pudo.
2) O Dios pudo eliminar el mal y
no quiso.
3) O Dios ni quiso ni pudo eliminar el mal.
4) O Dios quiso y pudo eliminar el mal.


Me habría encantado haber podido preguntarle a Epicuro que cómo se puede conciliar un mundo en el que Dios soluciona todos los entuertos, sin eliminar al mismo tiempo la Libertad y Responsabilidad humana.

Por otro lado, cada vez que dicha argumentación, no puedo evitar pensar que Epicuro quería una especie de Genio de la Lámapara Maravillosa para acabar con lo que él -en su subjetividad- creía que era el mal.

Quería un dios omnipotente para acabar con el mal, pero no qiería un dios soberano para determinar los tiempos y circunstancias.

El problema para Epicuro y todos los que esgrimen este argumento es que Dios es Omnipotente... y Soberano.

Por último, quien blande dicho argumento debería entender lo siguiente: si Dios tuviera que acabar con el Mal cada vez que éste asomara la cabeza, Dios debería acabar con él.

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