Enrique Arias Valencia
Ya centellea el vino en copas de oromas no son estos los sonidos todavía:antes de apurarlo, les cantaré.La dolorosa canción del espíritudeslumbra hilarante al sonar la llamada del dolor.Li Bai (Li Tai-Po)*
Tomar contacto con una pieza que sólo una vez escuché en la radio en mi lejana juventud es una experiencia que me hace encarar como a un extraño a alguien que creía un viejo conocido. De Mahler escuché cientos, quizá miles de veces el Scherzo de su Primera Sinfonía en Estereomil FM, El sonido de los clásicos. No tardé en oír con devoción el ciclo “Todo sinfonías de Mahler” en esa misma estación. Devoré los comentarios de apreciación musical de Alberto Muñoz Flores en los programas dedicados a Mahler en “Estereomil y una noches con la música”. Más tarde pude escuchar el Titán en vivo, en el Palacio de Bellas Artes. Invité a varios de mis amigos, y a la chica guapa que en aquella época me había robado el corazón. En XELA FM, Buena música desde la ciudad de México programaban frecuentemente la Cuarta sinfonía de Mahler, con una hermosa introducción comentada de la obra, a cargo del locutor.
La primera vez que escuché la Octava Sinfonía de Mahler fue tras salir del quirófano, en la radio. Es curioso, pero la Sinfonía de los Mil es una de las obras de Mahler que más veces he escuchado en vivo, en sala de conciertos. El año pasado la escuché ya, en la Sala Nezahualcóyotl, con la Orquesta Sinfónica Juvenil Carlos Chávez, para conmemorar los 150 años del nacimiento del compositor y los 100 años del estreno de la obra. Posiblemente la escuche de nuevo este año, con la Orquesta Sinfónica de Minería. En fin, que hasta he tenido la osadía de cantar “Ging heut Morgen übers Feld”.
Y sin embargo, La canción de la Tierra sólo la escuché una vez, por radio, allá (cuando) las verdades eran ciertas, antes de que la tormenta de los rayos y truenos de Nietzsche terminara con el camino hacia el reino-verdad. Esta tarde, cansado del día anterior, pedales, remos y trotes, he llegado exhausto al concierto en el que por vez primera escucharé en vivo La canción de la tierra, que cobrará vida gracias a la Orquesta Sinfónica de Minería.
Los primeros movimientos de la obra me suenan extraños: son Mahler, sí, pero también no lo son. A esta sinfonía la olvidé porque nunca la escuché de nuevo. Ahora, aquí, en la Sala Nezahualcóyotl el tenor debió luchar bravamente contra la colosal orquesta, y muchas veces fue vencido. De pronto, es el milagro. Ramón Vargas interpreta “Von der Jugend” y un relámpago ilumina la escena: es un lied, es chinesco, es sinfonía que se destroza en el alto vuelo de la fantasía: es Mahler. La lírica voz del tenor es ideal para este papel. Es como volver a ser joven. En muchos aspectos, yo me he propuesto vivir en carne propia las canciones de Mahler: son los corceles, los lagos, los brindis y la amada ausente. Este mundo es sólo un reflejo de otro mundo.
Todo se ve al revésen el pabellón de porcelanaverde y blanca.
Y sin embargo, soy yo el que hace las cosas al revés, el mundo del arte muestra las cosas en su justa dimensión. No puedo evitar asociar algunos giros del movimiento con una canción de Francisco Gabilondo Soler, Cri Cri, pues este autor también recurrió a la escala pentatónica para narrar las desventuras de un chinito que vivía en un jarrón. Cuando la pieza se hace más intensa y profunda, el mundo, como un sueño se desvanece.
La mezzosoprano rumana Ruxandra Donose luce dulcísima, el matiz de su voz, evocación oscura de las profundidades del alma es el más asombroso semblante de la tentación de existir eternamente. La despedida de esta sinfonía de Mahler es también, la bienvenida de la esencia del arte.
*traducido al alemán por Hans Bethge, quien se basó en la traducción de Marie-Jean-Léon Le Coq de poemas chinos, y de aquélla en versión libre por Enrique Arias Valencia.
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Orquesta Sinfónica de Minería
Programa V | Julio 28 y 30 20 hrs | Julio 31 12 hrs |
Carlos Miguel Prieto | Director
Ruxandra Donose | mezzosoprano
Ramón Vargas | tenor
Richard Strauss | 1864-1949
Metamorfosis
Gustav Mahler | 1860-1911
La canción de la tierra
Sala Nezahualcóyotl
6 comentarios:
Apolo y Dionisos son dioses del arte reflejo perfecto del mundo suprasensible, manifestado en forma de música y poesía.
bueno, tu mundo es muy musical, es muy hermoso tu mundo rodeado de arte.
podrías escribir algo sobre Jean Meslier?
me gustaría leerte en un comentario o ensayo sobre su obra.
gracias querido Aristóteles
Admiro el talento musical que posees. Para mí la música es la causa que nos eleva al sonido del alma. Hacer con todas las notas posibles una union perfecta y equilibrada.
Sentir es suficiente, analizar la estructúra de lo que nos hace sentir es profundizar.
te gusta Bach? es uno de mis
preferidos.
Un abrazo
http://visceral-genetticca.blogspot.com/
Hola, Abuela. Prepararé algo sobre el personaje.
Hola, Genetticca. Muchas gracias por los cumplidos. Bach es fundamental en mi sistema estético para hacer ostensible el mundo suprasensible.
Un abrazo a ambas.
Enrique es un placer leerte, la obra de Mahler es sobrecogedora, buscare escuchar a Ruxandra Donose, un abrazo,
¡Hola, Carmen, qué alegría saludarte!
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