Enrique Arias Valencia
La vida es una broma pesada que nos gastan los dioses. A veces podemos reírnos de ella; en otras ocasiones, quizá las más, somos nosotros de la broma, la materia, y los dioses se ríen de nuestra desavenencia. Ésta es la nueva maldición del ministerio del interior, pues hoy murió aquel que en su día prohibió a su hija leer Aura, por considerar que era una obra inconveniente para una mozuela. Desde su trono, el otrora gran ministro dictó una muy absurda y oscurantista sentencia contra la cultura. Pareciera que los dioses quisieran gastarnos una broma, pues en luminoso contraste, hace apenas unos días su brillante tocayo fue celebrado por su obra entera, y hoy todo el mundo festeja al creador de Aura; y es así que al otro tío sólo nos resta despedirlo en medio de nuestro brindis porque algún día le den el Nobel a aquel que nos ha sabido deleitar con su literatura.
Por lo tanto: la vida es una broma pesada. Ríete de ella. Y que el azar y el error sean piadosos con vos.
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