domingo, 7 de marzo de 2010

¡Ya circula el autobús ateo en Latinoamérica!

Me enteré en Razón atea de que en Argentina ya circula el autobús ateo. Como a Fernando no le gustó la frase dawkinsiana, aquí les pongo una página para que cada quien ponga su cita atea favorita. Yo escogí una archifamosa de Nietzsche:


10 comentarios:

Jack Astron dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Manuel dijo...

Si dios no es amor, no merece la pena que exista. Quizá el amor hace que no merezca la pena que exista dios. Dios... Estoy hecho un lío. Si existes, baja a la tierra para solucionármelo.
Gracias.

Enrique Arias Valencia dijo...

Hola, Jack, tu argumento es científico. Veo que piensas con una claridad científica admirable.

¡Adorado Manuel!: Tu opinión es muy semejante a la mía. ¡Tenemos emociones empáticas! Lo que dices me resulta acertadísimo, pues le das un valor subjetivo a la naturaleza de Dios. Éste es el agnosticismo estético que nos distingue. Quizá hasta podríamos practicar algún tipo de telepatía.

Un abrazo a ambos.

La abuela frescotona dijo...

MI FRASE ES MUY COMUN, QUERIDO ARIASTÓTELES- "GRACIAS A DIOS SOY ATEO"
ABRAZOS AMIGO MIO, GRACIAS POR TU SALUDO.

Enrique Arias Valencia dijo...

¡Hola, Abuela, tu frase quizá sea común, pero es muy divertida!

¡Funciona en muchos niveles!

José Luis Ferreira dijo...

Que sea por muchos kilómetros!

Unknown dijo...

"La única disculpa de dios, es que no existe" Stendhal.

Saludos,

Pajarito

Enrique Arias Valencia dijo...

Hola, Pajarito. Gracias por tu visita.

María dijo...

¡Hola, aquí faltaba yo!

Pues como soy el garbanzo negro de este puchero, voy al contrario.

Yo diría.

¡Dios, existe; disfruta de la vida!

No entiendo a los que piensan que Dios les amarga la existencia cuando para mí es todo lo contrario.

¡Saludos a todos y que circule el autobús todo lo que quiera que a mí, plim!

Enrique Arias Valencia dijo...

¡Qué grata sorpresa, bella María!
¿Cómo estás, amiga mía?
¡De ninguna manera desentonas en esta sinfonía,
porque eres una creyente muy querida!

¡Salud e inquieta alegría!