jueves, 22 de febrero de 2007

Ensayo sobre la amistad (4/4)

Enrique Arias Valencia

“La amistad no pide nada a cambio, excepto un poco de mantenimiento”.
Georges Brassens

Los afectos son un tema sustancial en los seres humanos. Hoy sabemos que los sentimientos nos permiten tomar decisiones. El asunto de los sentimientos es tan fundamental que nos cuesta llegar a la médula. Es un tema que camina entre lo psicológico y lo filosófico. Por eso son importantes los amigos, porque ellos nos ayudan a descubrir mejor nuestros sentimientos.

También por eso la amistad se basa en el contacto, pues así es como podemos conocernos. Como seres humanos, nos damos cuenta de que nos falta algo. Al descubrir que somos incompletos, buscamos el reconocimiento y el cariño de los demás. Aquel que responde a nuestro llamado, entregándonos su consideración, tiempo y respeto, bien podrá convertirse en nuestro amigo.

Cuando un amigo comparte con nosotros un estado de ánimo, enriquece nuestra alma con un nuevo punto de vista: quizá nosotros no podíamos ver un asunto con toda claridad. Él nos enseña una nueva perspectiva. Y así también nosotros buscaremos enriquecer la vida de nuestros amigos con puntos de vista, abrazos, sonrisas y palabras de aliento.
Nadie crece solo, el lenguaje lo aprendemos de nuestros padres, y las charlas de sobremesa las aprendemos a disfrutar con los amigos. Por eso la amistad florece en medio de palabras y se cultiva con gestos cordiales. Su fruto es la trascendencia: sabemos que hay un mañana porque tenemos buenos amigos.

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