miércoles, 8 de octubre de 2008

¿Quién tiene razón?

Enrique Arias Valencia

Dawkins sostiene que enseñar religión a los niños es abusar de ellos, porque los niños todavía no pueden elegir.
Yo sostengo que Dawkins inadvertidamente abusa de los padres porque estos sólo pueden inculcar en sus hijos aquellos valores en los que en verdad creen.
¿Cómo podría un padre inculcar en su hijo valores en los que el propio padre no cree? Si para mí el secularismo no es un valor, ¿puedo enseñárselo a mi hijo? ¿Puedo dar lo que no tengo?
Sin embargo, para quienes crean que no estoy de acuerdo con el argumento de Dawkins y sí de parte del mío, me gustaría señalar en contra de mi postura inicial, pero no a favor del argumento de Dawkins que me parece que en el fondo, este problema tiene la misma forma que la paradoja de Euatlo, que según mi parecer consiste en que no se puede saber quién tiene razón, porque ambos la tienen y ambos están equivocados.
Sin embargo, sospecho que la idea de Dawkins tiene un defecto que la hace fallar, y es que en la realidad real, la educación de los hijos recae en los padres, a menos que se instaure un estado totalitario que confisque a los hijos para que sean adoctrinados en la nada inocente postura secularista.
Por lo tanto, creo que es imposible educar un hijo sin apostar por la creencia de que lo que le estamos inculcando es correcto, si bien, es falso que sepamos la respuesta de antemano. Es decir, Educar a un hijo es arriesgarse a que las cosas salgan mal, y casi siempre salen mal. Y si creen que me equivoco, pregunten a los niños que son maleducados por sus padres, y que según la muy idealista y exagerada visión de Dawkins, serían víctimas de maltrato infantil. A continuación, aquello que les decía de Euatlo.

¿Quién tiene razón?

En cierta ocasión el filósofo Protágoras aceptó instruir en retórica al joven Euatlo con el fin de que éste último llegara a ejercer la abogacía; Euatlo convino con Protágoras en que el alumno pagaría al maestro en cuanto Euatlo ganara su primer pleito.
Sin embargo, una vez hubo terminado su formación, Euatlo decidió que no iba a ejercer la abogacía y según él, por lo tanto, no tenía por qué pagar nada a su maestro. Protágoras lo demandó arguyendo que si el filósofo ganaba el pleito, Euatlo le debía pagar por mandato judicial; y si Protágoras lo perdía, Euatlo debía pagar según los términos pactados. Sin embargo, Euatlo aprendió un poco de las enseñanzas que recibió de su preceptor, porque replicó que si Protágoras ganaba el pleito, entonces el propio Euatlo no tenía por qué pagar según los términos del contrato, porque ahí se estipulaba que el alumno sólo pagaría al maestro cuando aquél ganara su primer pleito; en tanto que si Euatlo ganaba el pleito, entonces no tendría que pagar nada en virtud de la sentencia judicial.

4 comentarios:

Christian dijo...

Lo que se busca es la concientización de los padres en la importancia de darles a los hijos las herramientas para que no sean engañados; por lo tanto no se necesita de ningún estado totalitario para realizar esta tarea.

Anónimo dijo...

Si la religión es una de as cosas más importantes en el ser humano, pues es una de las cosas que nos va a acompañar durante varios años ¿por qué no la escogemos en la mayoría de edad?

El problema no es que los padres den religion a sus hijos, sino que les hacen ver que sus religión es la única y verdadera. Sé que nuestros padres nos dan una religión con una intensión positiva, pero si no cuestionan y ven los puntos buenos y malos de sus creencias, entonces sólo se educa con incosciencia, así es como los padres musulmanes enseñan a matar asu prójimo si este falta al respeto al corán, asi es como los padres cristianos meten miedo y rechazo a las personas que piensan diferente o tiene una preferencia sexual distinta, etc. Y creo que, lo que se está buscando es que el niño pueda tener un criterio propio. Yo en lo personal, tuve distanciamiento con mi abuela y mis tíos y estos a su vez hicieron que me distanciara de mis primos por criticar la religión que me fue dada desde niño.

Enrique Arias Valencia dijo...

Teyaotlani Chiltic: mi opinión es que tanto la postura de Richard Dawkins como la postura contraria están equivocadas. El hecho de que yo diga que el planteamiento de Dawkins sea absurdo, no quiere decir que su contra sea verdadera, pues eso sólo lo creería un racionalista. Es decir: no se les debería enseñar religión a los bebés, y sí se les debería enseñar religión a los bebés; porque es inevitable que educaremos a nuestros hijos como Dios nos dé a entender, y algunas cosas que les enseñemos, seguramente serán buenas, y otras serán malas. ¿Quién puede saberlo? Lo único que podemos hacer es confiar en que lo haremos lo mejor que podemos, ya que no somos perfectos; pues no hay que olvidar que perfecto, sólo Dios. Y si Dios no existe, me parece un abuso pedirles a los padres una perfección que no pueden dar. Nadie puede dar lo que no tiene, y sólo podremos educar a guisa de ejemplo.
Saludos cordiales

Anónimo dijo...

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