Enrique Arias Valencia
Sí y no, y nada más. ¿Es así? Pues aun si hay dos opciones puede haber tres. ¿Recuerda el lector cierto episodio sobre un puente que aparece en el Capítulo LI de la parte segunda de El Quijote, cuando Sancho Panza gobierna la Isla de Barataria?
Un día se le presenta a Sancho un forastero con un problema. Resulta que en cierto señorío había un puente con un guardia, y la orden que tenía era dejar pasar a los viajeros que dijeran la verdad y ahorcar a los que dijeran mentira.
Y sucedió que un hombre iba a pasar por el puente y el guardia le preguntó que a dónde iba, y el hombre contestó: “que iba a morir en aquella horca que allí estaba, y no a otra cosa”.
Entonces el guardia entró en un conflicto irresoluble, porque si el viajero había dicho la verdad, se le debía dejar pasar, pero el viajero había afirmado que iba a que lo ahorcaran, castigo reservado a su mentira, pero él no mentía, pues sería verdad que lo ahorcarían.
El caso era tan complicado que los jueces del señorío no pudieron dictar sentencia. El hombre añadió: “habiendo tenido noticia del agudo y elevado entendimiento de vuestra merced, me enviaron a mí a que suplicase a vuestra merced de su parte diese su parecer en tan intricado y dudoso caso”.
Consultaron a Sancho, quien dijo que lo mejor sería perdonarle la vida al viajero paradójico, con estas palabras: “soy de parecer que digáis a esos señores que a mí os enviaron que, pues están en un fil las razones de condenarle o asolverle, que le dejen pasar libremente, pues siempre es alabado más el hacer bien que mal”.
Es muy importante lo que hace Sancho, porque con su sentencia demuestra que la verdad es más poderosa que la demostración. Es decir, no podemos demostrar qué hacer con el viajero, pero la verdad saldrá a flote gracias a la sentencia humana. En este pasaje del puente Sancho Panza representa el sentido común en su más puro esplendor. Se trata de un gobernador que se hace noble por el trabajo y no por la crianza.
Sí y no, y nada más. ¿Es así? Pues aun si hay dos opciones puede haber tres. ¿Recuerda el lector cierto episodio sobre un puente que aparece en el Capítulo LI de la parte segunda de El Quijote, cuando Sancho Panza gobierna la Isla de Barataria?
Un día se le presenta a Sancho un forastero con un problema. Resulta que en cierto señorío había un puente con un guardia, y la orden que tenía era dejar pasar a los viajeros que dijeran la verdad y ahorcar a los que dijeran mentira.
Y sucedió que un hombre iba a pasar por el puente y el guardia le preguntó que a dónde iba, y el hombre contestó: “que iba a morir en aquella horca que allí estaba, y no a otra cosa”.
Entonces el guardia entró en un conflicto irresoluble, porque si el viajero había dicho la verdad, se le debía dejar pasar, pero el viajero había afirmado que iba a que lo ahorcaran, castigo reservado a su mentira, pero él no mentía, pues sería verdad que lo ahorcarían.
El caso era tan complicado que los jueces del señorío no pudieron dictar sentencia. El hombre añadió: “habiendo tenido noticia del agudo y elevado entendimiento de vuestra merced, me enviaron a mí a que suplicase a vuestra merced de su parte diese su parecer en tan intricado y dudoso caso”.
Consultaron a Sancho, quien dijo que lo mejor sería perdonarle la vida al viajero paradójico, con estas palabras: “soy de parecer que digáis a esos señores que a mí os enviaron que, pues están en un fil las razones de condenarle o asolverle, que le dejen pasar libremente, pues siempre es alabado más el hacer bien que mal”.
Es muy importante lo que hace Sancho, porque con su sentencia demuestra que la verdad es más poderosa que la demostración. Es decir, no podemos demostrar qué hacer con el viajero, pero la verdad saldrá a flote gracias a la sentencia humana. En este pasaje del puente Sancho Panza representa el sentido común en su más puro esplendor. Se trata de un gobernador que se hace noble por el trabajo y no por la crianza.
2 comentarios:
El quijote no se termina de saborear en una vida. Quizá sea una de las posibles demostraciones de la existencia del más allá.
UN ABRAZO.
Alegría: tu magia une lo que la costumbre austera separó.
Schiller
Hola Manuel. Si entendemos "más allá" por verdades que no son teoremas, y que por lo tanto están más allá de un sistema formal con un número finito de axiomas, entonces tienes razón: existe algo más allá de las demostraciones de dicho sistema formal, más allá de los alcances de la ley, pero que no la niega, sino que "ha venido para darle plenitud y cumplimiento". Y eso que escapa a los formalismos, es la verdad.
¡Ja ja ja!
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