lunes, 8 de febrero de 2010

Humboldt en Taxco en 1803



Enrique Arias Valencia


Para Atilio y Jack, pues gracias a su amistad he descubierto de nuevo los placeres de la ciencia. Y para Genetticca, quien nos habla del conocimiento en tanto que unión con el Cosmos.


I


¿Podemos unir razón y experiencia? ¿En qué consiste el empirismo racional de Alexander Von Humboldt? El 5 de abril de 1803, mientras Beethoven estrenaba en Viena Cristo en el Monte de los Olivos, op. 85, El botánico Alexander Von Humboldt y su colega Aimé Bonpland llegaban a la ciudad minera de Taxco. Ahí durmieron aquella noche, para después continuar en Tehuilotepec su incansable viaje de descubrimientos científicos por el continente americano.

La casa taxqueña en la que aparezco en la fotografía de arriba fue la breve residencia del geógrafo. En aquel tiempo de las minas de Taxco se obtenían las dos terceras partes de la producción de plata mundial. La cantidad de mineral argentífero era tan abundante que los métodos para su extracción eran muy precarios.

Preocupado por la salud de los mineros, Humboldt había inventado unas máscaras para respirar en las minas con mayor seguridad, así como otros aparatos que beneficiarían a los obreros. Ignoro si en Taxco llegaron a utilizarse.

Con el barómetro, Humboldt estableció la altitud de Taxco en 1783 metros sobre el nivel del mar. Wikipedia sostiene que son 1,778. El guía de turistas nos aseguró que eran 1780. Esto es lo fascinante de la ciencia: que siempre es un dato a verificar.

Geológicamente hablando, Taxco se encuentra en las faldas del Atachi o Atatzin. Es, por lo tanto, una montaña lo suficientemente alta como para permitir la observación de la ley de la tercera dimensión vegetal descubierta por Humboldt. Sobre esta ley, podemos leer en su obra Cosmos:

“La región montañosa cercana al Ecuador... es la zona más pequeña de la superficie de nuestro planeta en la que se observa mayor densidad de la naturaleza. En la arrugada cadena de los Andes de la zona de Nueva Granada [Colombia] y Quito, el hombre... puede contemplar al mismo tiempo... todas las formas de las plantas. En una mirada se abarcan las heliconias, palmeras, bambúes y, por encima de estas formas típicas de los trópicos, otras especies que podemos ver en nuestra patria como robledales, variedades de Mespilus y plantas umbelíferas... Allí las zonas climáticas, al igual que las de la vegetación determinadas por aquellas, se sitúan en capas la una encima de la otra”.



De lo anterior podemos inferir que si en un mismo sitio escalamos la tercera dimensión de la Tierra, encontraremos diferentes ecosistemas vegetales de acuerdo con el clima que se modificará según la altitud. Estas comunidades vegetales serán las mismas que esperaríamos hallar si consideráramos la superficie bidimensional de la Tierra, y si nos moviésemos a nivel del mar a partir del Ecuador hasta llegar a los Polos. Es lo que Humboldt llamó “un bosque sobre el bosque”. Llegamos así a un interesante aspecto de la obra de Humboldt. En su biografía sobre el sabio viajero alemán, el doctor Adolf Meyer-Abich sostiene que


“Este principio es también holístico porque presupone la consideración de las comunidades vegetales como un todo activo, como estructuras que se compensan entre sí y que pueden distribuirse dentro del conjunto, que es la biosfera, como una especie de compendio del todo. Esta y no otra es la idea “cósmica” de la naturaleza que inspira el conjunto de la obra de Humboldt, desde el ensayo sobre geografía botánica hasta Cosmos”.

El descubrimiento de la armonía de la naturaleza acerca a Humboldt al panteísmo. No olvidemos que en otro lugar ya habíamos señalado que según Humboldt “La naturaleza, […] es el Todo, animado por un soplo de vida”. Se trata de un panteísmo hilozoísta. El mayor triunfo del hilozoísmo consiste en probar que la materia no es inerte. Su mayor defecto, hacernos creer que la naturaleza persigue un fin último. En Humboldt, la causa final reúne la belleza y el bien en el gran Todo, como en el más puro ensueño platónico:

“Así es que la afinidad de sensaciones conduce al mismo objeto a que nos lleva más tarde la laboriosa comparación de los hechos, a la íntima persuasión de que un solo e indestructible nudo encadena la naturaleza entera”.





Es seguro que la altitud de Taxco se calcula a partir del piso del templo de Santa Prisca, un edificio totalmente barroco. Al estar rodeado por intrincadas cañadas que le dan cierto aspecto escheriano, si le permitiesen desarrollarse, el piso de vegetación en el que se encontraría el templo de Santa Prisca quizá sería el de los bosques mesófilos de montaña. En la foto podemos ver tres ejemplares de un árbol (Ligustrum vulgare) que en México llamamos trueno porque sus ramas recuerdan los quiebres del relámpago. Dos de ellos están podados, en tanto que el de la izquierda blande sus ramas en libertad. En la parte media aparecen dos pequeñas cicadáceas (Cycadaceae). Las cicadáceas llaman la atención porque formaron parte de la flora del mesozoico, cuando los dinosaurios gobernaban la Tierra. Al pie de la cicadácea de la izquierda se observa con toda claridad un conjunto de flor de Nochebuena (Euphorbia pulcherrima). Seguro que el argento Atilio la conoce como estrella federal, y el níveo Jack como corona del inca. Los mexicas la denominaron cuetlaxóchitl, esto es, la flor de la piel, pues su color es del cuero sangrante arrancado a la víctima, lista para el sacrificio humano. Sólo es la subjetividad Occidental la que ha querido ver en ella el símbolo de la Navidad.


II


“El desarrollo y el movimiento no conocen punto de parada, lanzando su maldición a todo lo que suspende la vida”.
Goethe


Humboldt incluye en la introducción de Cosmos la cita anterior del poeta alemán, de quien era un gran amigo. Fue Goethe quien descubrió la morfología de las plantas con base en la metamorfosis, una teoría que se convertiría en la base de la ley de la tercera dimensión de Alexander Von Humboldt. Y si sentimientos, experiencias, razón y experimento se reúnen armónicamente en Cosmos, entonces a mí no me cabe duda de que el científico alemán encontró en la naturaleza la armonía que otros buscan en la religión.

El sentimiento de unidad con el Cosmos no es patrimonio exclusivo de las religiones organizadas, y en realidad, muchos inquisidores lo han perseguido, pues la unión mística con el Cosmos es un peligro para aquellos que creen que el sentimiento místico debe tener su origen en una doctrina particular. En su página, Jack Rational llama Dios Universal al Dios que aquí identificamos como el Cosmos del panteísmo. Por su parte, Genetticca en su blog nos muestra una de las más bellas expresiones del sentimiento que Humboldt también conoció. Así, tenemos en palabras de Genetticca:

“Amar es una composición hecha con todos los elementos de la naturaleza, una poesía de largo alcance, una sinfonía orquestada por la igualdad, una paleta con todos los colores y todos los paisajes, cromatismo, equilibrios y armonía. Cuando se ama bien, verdaderamente, no se hace daño, no se hiere ni se golpea. Cuando se ama con los cinco sentidos, ninguno de ellos escapa al crecimiento, cada sentido adquiere una relevante grandiosidad. El amor es el motor que mueve la máquina del universo. El amor es polvo estelar, fosforescente, luminoso”.


¿Hay alguna prueba científica de que estamos interconectados al gran Todo? En The Symphoy of science, las citas de Neil deGrasse Tyson, Richard Feynman, Carl Sagan y Bill Nye apuntan en esa dirección. Por ejemplo, deGrasse Tyson canta:

“Todos estamos conectados. Unos a otros, biológicamente. A la Tierra, químicamente. Al resto del Universo, atómicamente. [...] Sé que las moléculas de mi cuerpo las encontramos en los fenómenos del Cosmos. Esto me da ganas de abordar a la gente en la calle, y decirles: «¡¿Lo has oído?! »”


En su artículo, Genetticca habló de sinfonía. Arriba, el proyecto de John Boswell también hace referencia a esta composición musical. Amén de su oratorio, el 5 de febrero de 1803 Beethoven también estrenó su Segunda Sinfonía. Dicha sinfonía es un monumento a las armonías clásicas. Humboldt, por su parte, veía en Cosmos “armonías que ligan al hombre con el mundo exterior”. Este descubrimiento estimula un sentimiento que algunos no han dudado en llamar “religioso”. La expresión debe tomarse sólo metafóricamente, pero de cualquier manera apunta a una reunión con el Cosmos, unión que puede ser descrita en términos científicos. Carl Sagan, con su acostumbrado buen humor, no exento de feliz ironía, añade que "¿Cómo es eso de que casi ninguna religión mayor ha mirado a la ciencia; y concluido que: “¡Esto es mejor de lo que habíamos pensado!" A mí me gusta añadir: ¡Bueno, y si hay filósofos que tampoco lo han advertido!


En el Taxco del mes de enero de 2010 mi hermano y yo encontramos un cielo totalmente nublado. Nimbus y Cumulus se cernían sobre la ciudad. Una persistente lluvia nos recibió al llegar, si bien al amainar pudimos tomar la foto que he comentado arriba. En contraste, hace un par de años mi acompañante, una ninfa de graciosa huida, y yo, sombrío filósofo de pensar rumiado, tomamos unas cuantas fotos del exterior de Santa Prisca. En aquel tiempo el cielo estaba casi despejado, y sólo breves y delicados Cirrus atravesaban las alturas. El clima era entonces templado, con una ligera tendencia al calor. Las dos torres de Santa Prisca anunciaban a la sazón las bodas del Cielo y de la Tierra en una sinfonía de campanarios.


T 2



José de la Borda financió la construcción del templo de Santa Prisca como agradecimiento a dicha santa por el descubrimiento de una de las minas más ricas de Taxco. No sólo eso: el afortunado minero entregó a su hijo al sacerdocio y su hija al convento. Sostienen algunos entendidos que Santa Prisca no tiene más devotos ni templos. Tocayo de Humboldt, mi hermano encontró un dato en el propio Taxco que afirma que en el terreno del templo actual, hubo una vez una capilla dedicada a la misteriosa santa, capillita muy deteriorada ya cuando en el siglo XVIII se inició la edificación de la joya de Taxco.


T 3



Hemos supuesto que el piso de vegetación que hay en las cañadas que albergan la ciudad de Taxco es el del bosque mesófilo de montaña. Si Taxco está a 1783 msnm, por consiguiente basta salir de la cañada para llegar al piso de vegetación de los bosques de pino-encino.

¿He dicho que "basta salir de la cañada"? Al subir el cerro del Atachi, mi hermano y yo tardamos 40 minutos en llegar a las inmediaciones del bosque donde está la estatua conocida como Cristo Monumental. Unos metros antes, el paraje recibe el nombre de Cazahuates (Ipomoea arborescens), que es un árbol caducifolio, acostumbrado a la vida de las laderas. Salgamos de la ladera, hacia la cara de la montaña que apunta hacia la ciudad. Es así como rondando las cimas del monte por fin podemos disfrutar de un bosque de coníferas, último piso de vegetación de Taxco que mi hermano y yo visitamos en nuestra más reciente excursión. Por cierto, que de los olivos del oratorio de Beethoven, de aquel año de 1803, en el que Humboldt y Bonpland visitaron la ciudad minera, al ser árboles mediterráneos, no hay ni sombra de ellos en Taxco.




III


Para concluir voy a hacer un experimento instantáneo que compartiré con los lectores. Recientemente mi hermano y yo estuvimos en las Lagunas de Zempoala, un parque nacional que está formado prácticamente sólo por coníferas de alta montaña. No he consultado a qué altitud se encuentra el parque, pero por su morfología debería estar a más de 2,800 metros sobre el nivel del mar.

Vayamos a las tablas, y veamos qué nos dicen. La primera página de internet que me sale al paso afirma que las Lagunas de Zempoala están a una altitud de 2,900 msnm. Tuve un error de cien metros. No soy geógrafo, y no sé qué rango de error se permita en estos casos. Pero mi cálculo me satisface. No es cosa de magia, ni de que yo lo haya adivinado. Se trata de una deducción a partir de un dato científico. La fronda de las coníferas de alta montaña se alza orgullosa a partir de los 2,800 metros de altitud, y llegará hasta los 3,000, a veces un poco más.

¿Qué es lo que pasa cuando la razón se auxilia con los datos que le proporciona la experiencia? Lo que acabo de contarles es lo que pasa.

34 comentarios:

Jack Astron dijo...

Bravo Enrique, y MUCHAS GRACIAS por la dedicatoria.

Al leer los relatos de tus aventuras, me parece que las hubiese vivido yo.

¡Un abrazo!

genetticca dijo...

“Todos estamos conectados. Unos a otros, biológicamente. A la Tierra, químicamente. Al resto del Universo, atómicamente. [...] Sé que las moléculas de mi cuerpo las encontramos en los fenómenos del Cosmos. Esto me da ganas de abordar a la gente en la calle, y decirles: «¡¿Lo has oído?! »”


En Humboldt, la causa final reúne la belleza y el bien en el gran Todo, como en el más puro ensueño platónico:


Gracias Ari.
Quimicamente estamos compuestos con todos los minerales que existen en el universo.Espiritualmente con todo el amor que emana la creación.

Muchas veces,cuando divago entre vapores estelares y energías fuera de esfera me imagino como debe ser el seguir siendo sin la necesidad material pàra subsistir.
Ser,simplemente, un compuesto dotado con la consciencia de ser,pero sin apariencia humana.
Cada vez estoy mas convencida de que estamos aquí para redimir algún tipo de causa,para transformar energias, para regresar al lugar de partida después de haber vivido la expèriencia de la carne. En definitiva,(carezco de pruebas y las que tengo son demasiado personales e increibles, puede que fruto de mi vasporosa mentalidad extraplanetaria)todo es eterno, infinitamente eterno,desprovisto de la necesidad de ser,custa creer en otras vidas, porque la definición de vida se caracteriza por la posesión. Pero se puede seguir siendo despoeido de la necesidad.

Creo que me he explicado. No se hacerlo mejor.


Mi hija está en la playa del Carmen,derrotada entre dos aviones y un bus 14 horas de viaje.
Pero dice que vale la pena.


Besos.

genetticca dijo...

Estoy atracándome de Humboldt en la Web,pero me gustaria que me digeras si puedo conseguir libros escritos por el,he visto que estan casi todos en francés, no se si existen en español, me parece muy interesante, me siento muy afin a sus pensamientos e ideoligías.

Gracias.

Enrique Arias Valencia dijo...

Hola, Genetticca.

Hay un libro que se llama Humboldt, ciudadano universal, que contiene una selección de varios de sus textos. Cuesta algo así como 22.00 €

También se han digitalizado y subido a internet muchas de sus obras en español, aunque los resultados no han sido muy buenos.

Un gran abrazo

La abuela frescotona dijo...

ARIASTOTELES, CUANDO ENTRO A TU BLOG ES COMO SI ENTRARA AL PARQUE JURÁSICO,TUS CONOCIMIENTOS Y DEDICACIÓN ME ABRUMAN,TODO LO QUE NOS MUESTRAS, SON PARA MI, EXQUISITECES DE TU TIERRA, DESCONOCIDAS, QUE ME ASOMBRA SU BELLEZA.
NO TENGO CONOCIMIENTOS PARA EVALUAR TU TRABAJO, SOLO DESDE EL EFECTO QUE CAUSAN EN MI LOS BELLOS LUGARES, Y LOS DATOS, CURIOSOS PARA MI, QUE NOS CUENTAS.
TE ABRAZO QUERIDO AMIGO.

maxcourrech dijo...

Me da gusto una lectura tan vivificantemente vivificante (Ja, ando un poco redundante) pero estas son tus raíces. Recuerdo aquellos paseos y artículos de antaño y son lo mismo que ahora. Ya no le muevas, siguele así y verás las bendiciones que nos llueven a todos. Atte. Max

Atilio dijo...

Gracias Enrique por la dedicatoria.

Siempre pienso dos veces antes de comentar sobre tus textos pues poseen un estilo al cual las criticas le hacen daño. Por mas certera que sea la observación. Asi que, lo intentare con cuidado.

La relación del todo con el todo es un tema complicado. Se puede argumentar que existe por la simple razón que el universo entero es parte de un mismo proceso (comenzó siendo una singularidad). Se puede también argumentar a partir de Super-Cuerdas (Super-Strings) que recorren todo el universo siendo monodimencionales (aunque es difícil de visualizar). Se puede recordar al lector que en el reciente suspiro aspiro moléculas que previamente visitaron los pulmones de Napoleón, Cesar, una gran cantidad de animales y hasta dinosaurios. En fin, hay muchas maneras de argumentar a favor de tal proposición.
Lo que no se puede hacer mas allá de la poesía es hablar de interconexión consciente, "ser uno con el universo" o "comulgar" con una nube de metano en Titan ni sentir la aceleración del jet energético de un quasar lejano.
Cuando digo que no se "puede", es evidente, que se puede y se hace por todos lados. Lo que quiero decir es que no tiene sentido científico aunque lo tenga en la imaginación fértil de quien esta sumido a los caprichos de su biología y no lo sabe.

No obstante lo dicho arriba me gusta la poesía japonesa y china clásica que esta llena de tales proposiciones. Son evocativas y calmantes para la mente aunque no me lo crea. Ademas, la afirmación de interconexión provoca las ganas de abordar a gente por la calle pues disminuye el egoísmo agresivo al sugerir que el destino propio esta ligado al de los demás.

Me llamó la atención tu elección del termino "barómetro" para referirte al altímetro que, por supuesto, es un barómetro pero que llamamos altímetro para distinguirlo de los barómetros con los que medimos la presión aun cuando medir la altura también se necesite medir la misma presión. Se entiende?

Envidio tus conocimientos botánicos y me das crédito al decir que sin dudas debo saber el nombre de la planta en cuestión. He oído tal nombre pero no podría contradecir a quien afirme que es el de una variedad de rosa o una estrella de mar.

Tu calculo de la altura de las lagunas esta muy cerca del margen de error de cualquier calculo. La formula es la raíz cuadrada de la suma de la serie, en este caso, de la estimación. La raíz cuadrada de 2.900 es 53 y algo mas. La diferencia fue 100. Nada mal (asumiendo que la pagina vista ofrezca la cifra correcta).

Atilio dijo...

La falta de acentos en algunas palabras se debe a que el corrector automático de Mozilla no es muy eficaz y a mi vagancia a buscar las letras acentuadas en otras palabras, copiar y pegar en la apropiada y, por supuesto, a mi teclado ingles.
Disculpen los lectores.

Enrique Arias Valencia dijo...

Atilio: Tus comentarios son maravillosamente hermosos porque apuntan a la corrección científica.

Lo del barómetro me dará para escribir algo más.

Un abrazo.

Jack Astron dijo...

Sobre el tema del barómetro, una historia.

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Sir Ernest Rutherford, presidente de la Sociedad Real Británica y Premio Nóbel de Química en 1908, contaba la siguiente anécdota.

Hace algún tiempo, recibí la llamada de un colega. Estaba a punto de reprobar a un estudiante por la respuesta que había dado a un problema de física, pese a que éste afirmaba que su respuesta era acertada. El profesor y el estudiante acordaron pedir un arbitraje de alguien imparcial y fui elegido yo.

La pregunta del examen decía: demuestre cómo es posible determinar la altura de un edificio con la ayuda de un barómetro.

El estudiante había respondido: lleve el barómetro a la azotea del edificio y átelo a una cuerda muy larga; descuélguelo hasta la base del edificio; la longitud de la cuerda es igual a la altura del edificio.

Realmente, el estudiante había planteado un serio problema con la resolución del ejercicio, porque había respondido a la pregunta correctamente, pero su respuesta no confirmaba que tuviese conocimientos de física.

Sugerí que se le diera al alumno otra oportunidad. Le concedí 6 minutos para que me respondiese la misma pregunta, pero esta vez con la advertencia de que en la respuesta debía demostrar conocimientos de física. Habían pasado 5 minutos y el estudiante no había escrito nada.

Le pregunté si deseaba marcharse, pero me contestó que tenia muchas respuestas al problema, y que su dificultad era elegir la mejor de todas. Me excusé por interrumpirle y le rogué que continuase.

En el minuto que le quedaba escribió la siguiente respuesta: tome el barómetro y déjelo caer al suelo desde la azotea del edificio, midiendo el tiempo de caída con un cronómetro. Después aplique la fórmula h = 1/2 • g • t^2

Le pregunté a mi colega si aceptaba la respuesta, a lo cual accedió, otorgándole una buena calificación.

Tras abandonar el despacho, me reencontré con el estudiante y le pedí que me contara sus otras respuestas a la pregunta.

Bueno, respondió, hay muchas maneras. Por ejemplo, se toma el barómetro en un día soleado y se mide la altura del barómetro y la longitud de su sombra. A continuación se mide la longitud de la sombra del edificio y aplicando una simple proporción, se puede obtener la altura del edificio.

Perfecto, le dije, ¿y de qué otra manera?

Bueno, se toma el barómetro y se sitúa en las escaleras del edificio en la planta baja. Según se sube por las escaleras, se va marcando la altura del barómetro y se cuenta el número de marcas hasta la azotea. Se multiplica la altura del barómetro por el número de marcas y se obtiene la altura.

Ahora, si se desea un procedimiento más sofisticado, se puede atar el barómetro a una cuerda corta y moverlo como si fuera un péndulo al nivel de la calle y luego en la azotea. Como g es ligeramente diferente en ambos puntos, el período de oscilación también debe serlo, y en base a estos datos, debiese ser posible calcular la altura del edificio, al menos en teoría.

O bien, se ata el barómetro a una cuerda larga y se descuelga desde la azotea hasta la calle. Usándolo como un péndulo se puede calcular la altura midiendo el período de oscilación.

Pero probablemente, la mejor forma sea golpear la puerta de la oficina del constructor del edificio con el barómetro, y decirle: señor constructor, aquí tengo un bonito barómetro; si usted me dice la altura de su edificio, se lo regalo.

En este momento le pregunté si no conocía la respuesta convencional al problema (la diferencia de presión atmosférica indicada por un barómetro en 2 alturas diferentes nos proporciona la diferencia de altura entre ambos lugares).

Dijo que evidentemente la conocía, pero que durante sus estudios, sus profesores habían intentado enseñarle a pensar.

El estudiante se llamaba Niels Bohr, físico danés, premio Nóbel de Física en 1922, más conocido por ser el primero en proponer el modelo del átomo con protones, neutrones y electrones.

---

La autenticidad de esta historia es disputada, pero la lección que deja es notable.

¡Saludos!

Enrique Arias Valencia dijo...

Genial, Jack.

Me gustan mucho las anécdotas, no importa que no sean auténticas, siempre y cuando nos den una lección verosímil.

¡Salud e inquieta alegría!

Jose Ramon Santana Vazquez dijo...

...traigo
sangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...


desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ


TE SIGO TU BLOG




CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...


AFECTUOSAMENTE:
ARIASTOTELES PLATONICO


ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE CABALLO, LA CONQUISTA DE AMERICA CRISOL Y EL DE CREPUSCULO.

José
ramón...

Enrique Arias Valencia dijo...

Hola, José Ramón.

Me he suscrito al blog.

Atilio dijo...

Jack:

Una anécdota maravillosa. Gracias.

diego dijo...

Aristoteles! Muchisimas gracias por tu comentario de mi pintura! Y de paso descubro ( como Colon, algo tarde) tu interesantisimo blog. Hay mucho para leer, pasare seguido por aca. Un abrazo!

Anónimo dijo...

Querido amigo, si supieras lo que aprendo cada vez que vengo aqui. Es increible.

Gracias, gracias, gracias.

Y un abrazo cargado de paz y carino.

Jack Astron dijo...

Hola Enrique. Releyendo tu artículo con más calma, me llamó la atención la frase "El mayor triunfo del hilozoísmo consiste en probar que la materia no es inerte." (Confieso que tuve que buscar el significado de "hilozoísmo" :)

¿Por qué consideras un triunfo probar algo que –aparentemente- no es cierto?

¡Saludos!

Enrique Arias Valencia dijo...

Hola, Oceanida.

Muchas gracias por tus palabras.
Un gran abrazo.

Hola, Jack.

Probar por “demostrar”.

El hilozoísmo fue el primero en demostrar que la materia está en movimiento permanente, por lo que no puede estar inerte. En consecuencia, la materia no está quieta. Los átomos se mueven, las moléculas se mueven, los ríos, las nubes, los mares se mueven, los planetas se mueven… Por lo tanto, según esta perspectiva, el Universo está vivo.

En cambio, su mayor defecto consiste en hablarnos de causas finales en el Universo.
Por eso mi lema es:

¡Salud e inquieta alegría!

Jack Astron dijo...

Ok Enrique, un asunto semántico.

Un abrazo.

Enrique Arias Valencia dijo...

Jack:

¿Qué significa que digamos que algo está inerte?

Que no podemos ver el movimiento de sus componentes: moléculas, átomos y quarks.

Ojalá y Atilio viniese a darnos su parecer.

¡Salud, e inquieta alegría!

La abuela frescotona dijo...

estimado Ariastóteles, sali a tomar fresco y me llegue a estos cerros tan verdes. te abrazo amigo

Atilio dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Atilio dijo...

Jack, Arias:

El hilozoísmo sostiene (porque todavía hay hippies y allegados que creen en ello: Gaia y otras variaciones) que la materia es sensible y está animada por un principio activo (misterioso pues no han explicado ni demostrado tal afirmación).

Vuestra mini-conversación tiene aspectos semánticos, como bien dice Jack, ya que por inerte se comprende la falta de movilidad y la falta de vida.
Pero ambos conceptos no son intercambiables ni sinónimos pues, por ejemplo, todas las partículas elementales están en movimiento pero no vivas (dejemos de lado por un instante que los electrones, por ejemplo, no son partículas sino campos u ondas), el agua que corre también y los gases ultra calientes de una explosión de supernova, en el sentido biológico del término (el único que se me ocurre que tiene sentido, siempre, aparte de la EXTREMA libertad de la poesía).

La expresión original de Arias tiene valor poético, como todo lo que escribe. Científicamente es cuestionable pero, bueno, el infierno no existe.

Saludos a ambos.

Atilio dijo...

Que significa que algo sea inerte?

Lo que dijiste. Aunque en realidad no hay nada inerte en el universo dado que todo se mueve, no solo en las tres dimensiones espaciales sino en la cuarta, el tiempo.

Atilio dijo...

Y ya que estamos, partículas subatómicas también se mueven más allá del espacio y del tiempo de acuerdo a la interpretación de Copenhagen de la física cuántica.

Atilio dijo...

Perdón (eso me pasa por hablar demasiado), no es en la interpretación de Copenhagen sino en la de Wheeler, también llamada "multiversos".

Enrique Arias Valencia dijo...

¡Hola, Atilio!

Genial como siempre. El mío es un hilozoísmo débil:

No hay nada inerte en el Universo, pero carece de propósito.

Y por propósito entiéndase "conciencia" e incluso "vida" en un sentido antrópico.

Luego, no hay causas finales.

Atilio dijo...

Por propósito yo comprendo primero "dirección" que presupone una consciencia y vida.

Sorprendentemente, yo no puedo afirmar que no haya finalismo aunque toda la ciencia conocida indique lo contrario. Esto es porque, fiel a los principios del método científico, no se puede afirmar lo que no esté probado.
Como ejemplo de lo dicho se podría ofrecer la expansión de vida en el universo. Tal vez sea nuestra obligación moral como dice Michael Mautner, Profesor Investigador de Química en la Universidad de Virginia Commonwealth.
Sería una continuación coherente del proceso evolutivo terrestre y que nosotros representamos.

Enrique Arias Valencia dijo...

¡Excelente planteamiento, Atilio!

Jack Astron dijo...

Roger

Anónimo dijo...

Como me siento de orgulloso de saber de que un ser humano como tu nos representa en el universo.
En el mundo habrá personas que conozcan sistemáticamente los conocimientos de la flora y de la botánica quizás un poco más, pero el color y carácter poético propio del que eres capaz de anexar plásticamente a tus narraciones, en especial esta, te hace por mucho, un ser especial nacido una única vez en toda la historia de la humanidad.

Me gusta mucho este trabajo sobre Humboldt y espero que no desistas porque veo en tu futuro que encontrarás más autores inspiradores y harás viajes increíbles que te harán hablar también sobre, quizás, la flora y/o botánica de, por ejemplos, en el Cabo de Hornos o flora sub-antártica, la no tan fría Tundra Siberiana o flora sub-polar norte, la exótica selva vietnamita a través del Mekong o hasta tal vez, en alguna porción tranquila de un océano, viendo detenidamente el desarrollo del importante fitoplacnton. Todos estos ejemplos y tantos otros infinitos, a su vez, interconectados maravillosamente con el universo.
Saludos por siempre amigo Enrique Arias Valencia.
Sansoni2020.

Enrique Arias Valencia dijo...

Sansoni2020: Tus palabras son un brillo completo de la verdad y una caricia poética para el corazón.

¡Salud e inquieta alegría!

Anónimo dijo...

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