jueves, 16 de diciembre de 2010

La sinfonía del gato



En tiempos de Navidad me gusta volver a ser niño: es una manera de cumplir con Dios: "sed como niños", dice, y entonces mando a paseo a mi ateísmo. Rossini también se hizo niño con su buen humor, como en esta graciosa pieza que acabo de descubrir.

¡Que la disfruten!

7 comentarios:

Lola - Aprendiz dijo...

Graciosa y bonita...
dichoso tu que puedes volver a ser niño y con alevocía olvidar el ateismo jeje

Enrique Arias Valencia dijo...

¡Je je je!

Es parte de mi herencia nietzscheana.

Atilio dijo...

Que curioso Enrique. Hace un tiempo que no te visito y hoy termino de dar una cata didáctica de vinos italianos. entre ellos había un Verdicchio di Matelica, un favorito mío.
Mientras explicaba el vino gusto de hacer referencias a cuestiones históricas, científicas o culturales en general. Así pues le conté a la audiencia que Rossini era un gran consumidor de ese vino, que no bebía otro y que lo bebía en exceso y de manera constante. se puede entonces afirmar que Rossini estaba borracho del mismo vino que acabo de beber cuando compuso esta obra...y todas las demás.

Saludos.

Enrique Arias Valencia dijo...

Hola, Atilio. ¿Te acuerdas que te comenté que nos une un extraño bucle? Lo advertí cuando los dos leíamos I Am a Strange Loop.

Y sé de buena fuente que Rossini era un experto en alimentos y bebidas, por lo que ya cuento con dos recomendaciones para probar el Verdicchio di Matelica: la tuya y la de Rossini.

¡Salud e inquieta alegría!

Atilio dijo...

Interesante lo del bucle. Recuerdo cuando lo dijiste. Tal vez, un día en el futuro sepamos como se establece tal bucle.

El rey Alarico de los Visigodos robó una enorme cantidad d Verdicchio di Matelica que le dio de beber a sus tropas antes de atacar Roma y saquearla. Se dice que tal vino le dio gran coraje a sus guerreros.

Así que somos tres quienes te recomendamos el vino.

Enrique Arias Valencia dijo...

Atilio:

Quizá el bucle signifique que algún día tomaremos ambos de la misma botella de Verdicchio di Matelica.

Hace unos días vi un ejemplar de El gran diseño, la traducción al español del libro de Stephen Hawking y Leonard Mlodinow, pero no quise comprarlo, pues estas vacaciones ya las tengo ocupadas con otras lecturas.

Atilio dijo...

Ojalá se de un día y podamos beber esa y varias otras botellas con historia.

Yo me voy a Asia el 02.01 y he decidido dejar los libros de física y biología detrás. Me llevo libros sobre evolución de lenguajes, nutrición y filosofía.

Al libro de Hawkins lo tienes en original y gratis en la red.