sábado, 1 de septiembre de 2012
2012: Una metáfora de la Evolución
miércoles, 1 de agosto de 2012
Un poco de art decó
Hace varias décadas Javier Solís cantó “¿A qué negar?” de Agustín Lara. Hoy Tatiana canta esta misma pieza, con algunas variaciones, comenzando la pregunta así: “¿Por qué negar?”
¿Por qué antes con una orquesta art decó y hoy con una persistente batería y un acompañamiento electrónico? Porque lo que se busca está más allá de la razón, sin derrocarla. Lo que se busca es querer mirar y desear mirar más allá de lo que se mira: admirar lo absoluto en una in-determinación particular, como si el amor fuese necesario a pesar de las palabra pronunciadas: los ángeles me asisten en una experiencia cuya finalidad no se muestra a los sentidos sino en la inmortalidad de una melodía sin fin.
domingo, 15 de julio de 2012
Truenos y relámpagos
Enrique Arias Valencia
¿Quién soy?
¿Quién soy? Yo soy una cosa que siente. Puedo advertir que si mis sentimientos perciben un objeto sin concepto, entonces tiene la cualidad de bello. Si mis sentimientos se vuelcan hacia el absoluto, luego es bello según la cantidad: universal. Si el objeto es percibido como si persiguiese una finalidad sin fin, luego, según la relación es bello. Si el objeto es percibido como necesario, luego es bello según la modalidad.
No hay ninguna razón para que a una nota cualquiera, digamos Sol bemol, le siga alguna otra nota, por lo que le puede seguir cualquier otra nota, digamos Mi. Y el método lo podemos repetir ad nauseam. Y sin embargo, nadie compone haciendo surgir las notas sin ninguna razón, salvo aquellos que intentaron la música aleatoria. Luego, hay una razón para componer; pero, ¿cuál es?
El problema se agudiza si nos damos cuenta de que Kant tiene razón cuando dice que la belleza está libre de todo concepto, porque entonces las razones para componer una melodía permanecerán ocultas por su propia condición estética.
¿De dónde vengo?
Es así que tenemos una bella melodía que surge de la mente soberana de un compositor, hija legítima de la facultad de crear, y sin embargo, heredera de todas las melodías que la precedieron y madre de todas las melodías que le sucederán.
El alma humana es melodía inmortal, sin fecha de nacimiento, pues no sabemos de dónde viene. Su carácter puede ser dado por un compositor en específico, pero tal melodía puede ser tomada por otro compositor, algunos siglos más tarde, para dotarla de un carácter nuevo. Incluso, compositores contemporáneos pueden tomar la misma marcha, para dotarla de su sello personal: Rakoczi-Marsch en manos de Liszt o de Berlioz.
No sólo las melodías, sino los sonidos de la naturaleza son fuente inmortal de inspiración. Para poner un ejemplo sellado por la alegría de la bella época: Los truenos y relámpagos Op.324 de Johann Strauss II tienen por ahí una hermana moderna, no en la melodía, sí en la inspiración atmosférica, así en “Me voy a enamorar” escuchamos a Tatiana cantar en los ochentas:
Bailo, contigo muy despacio
bailo, y tu besándome
truenos, relámpagos y rayos.
Ardo, por Dios ayúdame.
No deja de ser curioso que la melodía de Strauss sea un allegro chispeante, heredero de los rayos de tormenta; en tanto que con una encantadora melodía de la cuerda baja Tatiana pide ayuda ingenuamente, mencionando al Dios de las brechas, aquel que nosotros, los espíritus graves, sostenemos que sólo existe como personaje estético. Y la chica busca sobrevivir a un juego del que ella es cómplice: perdiendo gana, ganando pierde.
Y resulta curiosísimo que Strauss compuso una animadísima pieza en la que los truenos y relámpagos tienen un protagonismo ininterrumpido y persistente ambientado por bronces, timbales y platillazos, con sorpresivas disonancias; en tanto que Tatiana suena más dulce, respetuosa de la tonalidad, dulzura que persiste aún con la batería y el forte hacia el que evoluciona la voz, por lo que cabría preguntarse cuál de las dos piezas es más dionisiaca: bárbaro Strauss, bellísima Tatiana.
Repasemos breve e idealmente el diapasón de la música popular. Thalía es soprano. Tatiana es mezzosoprano. Luis Miguel es tenor. Alberto Vázquez es barítono. La soprano abarca del do4 hasta un do6. Idealmente, la tesitura de bajo va desde un mi2 hasta un hasta el fa4. Conforme las notas musicales se hacen más graves, las vibraciones individuales que las componen se vuelven cada vez más apreciables. Si en un piano tocamos la tecla que se encuentra en el extremo izquierdo del teclado, podremos advertir unas veloces pulsaciones simultáneas a la identificación de su tono. Esta nota musical es tan grave que dudamos entre percibirla como una nota unitaria y escucharla, o más bien sentirla, como un impetuoso curso de oscilaciones individuales. La nota grave fluctúa entre la singularidad y la pluralidad, entre su carácter audible y su carácter tangible. Hay pianos especiales con veinte teclas más bajas. Si pudiéramos ir más abajo aún, de pronto empezaríamos a sentir las notas supergraves más como estremecimientos en la piel y los huesos, y no como música. Dos notas vecinas sonarían no como tonos distintos sino como el retumbar de un trueno. Muchos componentes actuales nos permiten advertir esto, y las fiestas lejanas parecen una tormenta. De nuevo, los truenos y relámpagos acompañan esta reflexión sobre música.
¿A dónde voy?
Tras la tormenta, ¿qué misteriosa fibra del corazón ha sabido tañer Tatiana? Aquella que a ella la hace verdadera artista y a mí me hace verdadero esteta. Apreciar el carácter particular que la época hace a cada obra musical nos revela el espíritu de dicha época. ¿Qué significa ser un artista romántico? Un artista romántico es aquel que nos eleva de la naturaleza inmediata al carácter moral. Así, Schiller, en la Tercera Carta sobre la educación estética del hombre, nos asegura que el ser humano “elimina por medio de la moralidad y enaltece mediante la belleza el aspecto vulgar que la necesidad física confiere al amor sexual”. Con muchas aventuras de por medio, este ideal artístico llegó a la época en que Tatiana grabó su primer disco. En “A plena luz”, Tatiana nos entrega su interpretación más hermosa, en la que se sintetizan con maestría las ideas que cantó por primera vez. La pieza forma parte del álbum Tatiana (1984). En esta canción, las cosas se dicen de una forma discreta, con el decir sin decir propio del arte romántico. La melodía es reposada, aunque se hace intensa a medida que pasa el tiempo. A amar, tan sólo con la vista, con toda la magia de la expectativa, es a lo que nos invita Tatiana con esta pieza en la que se reúnen todas las fuerzas del amor discreto.
Ámame....
con la mirada,
no hace falta que me toques
o me beses...
Es mejor una sonrisa,
que todo un universo de caricias.
Más tarde, en el álbum Chicas de Hoy (1986), en “Cuando estemos juntos” y “Detente” Tatiana le pedirá a su novio que pensara muy bien antes de tener relaciones sexuales. La música de ambas canciones es muy movida y ligera. Tatiana reunió así el carácter moral al artístico, con el tema de la paternidad responsable. Con este esfuerzo, a sus fans nos regaló una canción que deleita y alegra el corazón: “A plena luz”. ¿Qué significa ser fan? Para el esteta, todo es poesía. Por lo tanto, soy fan de Tatiana porque ella me revela el aspecto poético del amor romántico. Tatiana despliega la esperanza y nos conduce al amor platónico. Un amor que, en el caso de quien esto escribe, es totalmente platónico, pues se trata del amor ideal de una adolescencia no vivida.
domingo, 1 de julio de 2012
El discreto encanto de la popular Tatiana
Tatiana Palacios Chapa nació en Filadelfia, Estados Unidos, de padres mexicanos. Es así que tiene doble nacionalidad. Si bien hoy dedica su carrera al público infantil, hacia 1984 debutó como cantante protagónica de la ópera Rock Kumán. También se lanzó como solista ese mismo año con un disco que sólo llevaba el nombre de la novel artista. Una canción de dicho álbum saltó a la fama y hasta llegó a grabársele un video muy celebrado: “El amor no se calla”. Así nació una estrella de la juventud; aunque no está de más aclarar que en aquella época la música de Tatiana sólo fue para mí un lejano eco de la cultura popular, y nada más. Con todo, en este apocalíptico 2012 y con ya 41 años a cuestas, ha querido mi alma repasar los tiempos felices de mi adolescencia. Y hete aquí que, gracias a YouTube y a varias páginas de discografías, el trabajo se ha hecho fácil y divertido.
Hoy Tatiana me sorprende por su voz clara y feliz de mezzosoprano. Del álbum siguiente, me parece muy tierno e hilarante el dueto que hizo con Johnny Lozada en “Cuando estemos juntos”, y “Detente”, pues con ellas se pretendía dar una pequeña lección de educación sexual a los adolescentes. Sin embargo, las intensas melodías y el espíritu de Tatiana compensan todos los descalabros. “Me voy a enamorar”, cumple con todos los requisitos del amor cursi: un tema muy empalagoso para la poesía, pero que todos quisiéramos vivir. Este asunto es muy interesante, pero muy pocos lo han abordado, porque se corre el riesgo de colocar los sentimientos propios en la palestra. ¿Por qué a algunos de nosotros nos recorre una descarga dionisiaca cuando una bella chica nos canta una línea como la siguiente?
Locos, los dos estamos locos
todo, podría suceder
rojo, mi corazón al rojo
solos, hasta el amanecer.
Son 15 largos años compartidos
Juntos de casa al cine,
siempre unidos
Manos entrelazadas
Besos de puro amigo
Y contigo contar.
Y no te enfades si vuelo a otros nidos,
Serás siempre mi amigo, tú serás siempre.
Quiero ser, tan libre como el río aquel,
Y saber que un día a ti podré volver.
Otro problema es que, en términos de la estética kantiana, si se cuela un criterio moral cuando entramos en contacto con una obra, como es el caso de lo que me sucedió con “Querido amigo”, luego la apreciación del objeto está empañada por un concepto, “lo que debería ser” frente a lo que en efecto es. Por lo tanto, esta canción no es percibida como bella. Ojo, porque si la canción disgusta sin que se entrometa concepto alguno, la canción sí que será advertida como bella. El displacer también es bello si es ajeno a la moral. No obstante, el timbre de la voz de Tatiana, y la melodía, ajenas al discurso hablado, son aun admirables y bellas en su exposición.
Con sus canciones que evocan la juventud y sus avatares, Tatiana se convierte en arquetipo: Tatiana es el comienzo, lo no visto, lo eternamente bello, el noviazgo perfecto. No olvidemos que una mañana de enero, Lísida me envió un breve correo que decía: “Mi querido hermano Enrique, quiero que me enseñes a cantar”.
sábado, 23 de junio de 2012
El amor percibido a los doce años
Cualidad: sin concepto.Cantidad: universal.Relación: finalidad sin fin.Modalidad: necesario.
Al mundo me trajeron sin mi consentimientoy los ojos abrí con sorpresa infinita,partiré después de reposarme un tiemposin saber la razón de mi entrada y mi salida.
Sólo tengo recuerdos de un pasado feliz.Sólo tengo añoranzas en mi mente de ti.Vuelve aquí.
He vivido unos años algo duros sin tiAhora quiero olvidarlos y volver a reír.
Mi corazón es delicado…Pues vete a un hospital y asunto arreglado…
sábado, 16 de junio de 2012
martes, 1 de mayo de 2012
Las tortuguitas de Karla
Conozco a Karla desde que era bebé. Ella ha crecido, y ha mostrado un gran interés por la biología. Karla ama a los animales. Recientemente, la niña me prestó un video con sus tortuguitas para que lo musicalizara. Aquí está el video con las tortuguitas de Karla, con música de un servidor. ¡Salud e inquieta alegría!
domingo, 1 de abril de 2012
Un Concierto de Salterios que Evoca Taxco
jueves, 1 de marzo de 2012
Reencarnación científica
Enrique Arias Valencia
Con piel y carne me cubriste, con huesos y nervios me tejiste en una pieza; me regalaste la vida y te acercabas a cuidar mi respiro.Job, 10:11-12
“Alabado seas, mi Señor, por el hermano viento y por el aire y el rocío y por todo tiempo, con el cual das sustento a tus creaturas...”
miércoles, 1 de febrero de 2012
El pesimismo luminoso es un camino personal
sábado, 14 de enero de 2012
Un Viaje con Fanor a las Lagunas de Zempoala
domingo, 8 de enero de 2012
Primer viaje del año
Vayamos a las tablas, y veamos qué nos dicen. La primera página de internet que me sale al paso afirma que las Lagunas de Zempoala están a una altitud de 2,900 msnm. Tuve un error de cien metros. No soy geógrafo, y no sé qué rango de error se permita en estos casos. Pero mi cálculo me satisface. No es cosa de magia, ni de que yo lo haya adivinado. Se trata de una deducción a partir de un dato científico. La fronda de las coníferas de alta montaña se alza orgullosa a partir de los 2,800 metros de altitud, y llegará hasta los 3,000, a veces un poco más.
¿Qué es lo que pasa cuando la razón se auxilia con los datos que le proporciona la experiencia? Lo que acabo de contarles es lo que pasa.