martes, 3 de marzo de 2009

Sobre creencia y demencia

Enrique Arias Valencia

La ciencia reconoce que el yo sólo es resultado de procesos físicos, y que no es algo determinado de una vez y para siempre. Por eso, uno ni siquiera debería creer que es algo definitivo. Hasta el ateo mayor Richard Dawkins reconoce que su ateísmo no es algo definitivo, y en un artículo señaló:

“A Dawkins le gusta bromear diciendo que los ancianos van a misa porque «están trabajando a tope para el examen final». A él no le preocupa que un día, de muy mayor, pueda despertarse y verse atraído por la fe. De llegar a ocurrir, lo atribuiría a la demencia senil”.

A mí me pareció que no necesariamente Dawkins tenía que volverse loco para creer en Dios, que bastaba que probase que el argumento ontológico (demostración lógica de la existencia de Dios) de Kurt Gödel era válido para que el célebre etólogo abrazase la fe. Un agudo ateo argentino me advirtió que el argumento ontológico tiene varias objeciones. Sin embargo, imagino que, llegado el caso Dawkins sería taaaaaaan inteligente como para refutar las objeciones, y creer en Dios con base en la lógica y no volverse loco en el intento.

En resumen: nuestra identidad es una mera invención.

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