lunes, 1 de junio de 2009

Fotos de Cacaxtla 9


2 comentarios:

Atilio dijo...

Muy interesantes fotos, incluyendo las precedentes.
Hay versiones de alta definición, reconstruidas tal vez?

Enrique Arias Valencia dijo...

Apreciable Atilio: estas fotos fueron tomadas por unos amigos y yo durante mi lejana adolescencia, con un equipo 35 mm, pero sin tripié ni, por lo tanto, una exposición muy larga. La más alta definición de las fotografías la alcanzas si haces click en las fotos, por ejemplo, ésta:

http://1.bp.blogspot.com/_49OB2DckXlE/STrhitrGq4I/AAAAAAAAAKI/AzVh1sJaGMg/s1600-h/9.jpg

Sé que es poca la nitidez. Éramos muy inexpertos (yo todavía lo soy). Gracias por interesarte en el material. Fíjate que un aspecto excitante de los murales en México es que es una tradición que apareció en la América Precolombina, y curiosamente, fue alentada por los primeros evangelizadores de México. La fotografía que he catalogado con el número 9 evoca una batalla. Si le pones mucha imaginación, puedes ver un personaje central, rodeado por dos personajes arrodillados, seguidos por otros guerros, tanto de pie como arrodillados. Los vencedores están de pie, los vencidos, de rodillas. Hay escenas de destripados, y hasta un bebé que “flota” cual aborto de guerra.

Hay un templo católico en el poblado de Ixmiquilpan cuya nave está pintada al estilo indígena. La pintura data del siglo XVI. El tema del mural es la guerra. El guía del templo asegura que se trata de la lucha entre el bien y el mal. Posteriormente, fue cubierta por una capa blanca, pues corrían los tiempos de un arte que quería sustituir a la primera evangelización. Si mal no recuerdo, la pintura fue redescubierta en los años 60 del siglo pasado. Aquí está una muestra de ese enigmático mural:

http://ariastotelesplatonico.blogspot.com/2008/10/si-sta-es-una-pregunta-responda.html

La foto que aparece en el enlace de arriba tiene mejor definición que la de este post. Me agradaría mucho que le eches un vistazo.

Después, ya sabemos, el muralismo vivió una tercera resurrección con Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco. Es curioso que fuera el católico José Vasconcelos quien alentara al ateísimo Diego Rivera a pintar su primer mural. De hecho, este primer mural no tiene el estilo combativo que caracterizó a Rivera. En asu lugar, la pintura muestra el ideal tragicómico y de gigantomaquia que caracterizó al humanismo cósmico de José Vasconcelos.