lunes, 21 de diciembre de 2009

Sonora muerte de Bruno

Enrique Arias Valencia

Bebé Bruno reposa en su improvisado corralito. Anoche, tras el besito de las buenas noches, le dijo a su mamá que el Universo era infinito.

Ahora descansa en un lugar que no es idóneo para que los pequeñuelos duerman. Pero hace mucho que la ciudad no se preocupa por ellos. La ciudad sólo quiere ser fiel a la rutina, y no a los niños.

De pronto, es el infierno. Las llamas devoran los sueños de bebé Bruno. El inocente ha sido inmolado en aras de un oficio que no tiene nada de santo: comprometerse a velar por el bien de los demás, teniendo ojo sólo para los pactos con el Diablo.

***


A la memoria de los niños de la guardería ABC
A la memoria de Giordano Bruno

2 comentarios:

Minerva dijo...

Muy bello.
Gracias por no olvidar a esos pequeños cuyos padres aún buscan justicia.
Un abrazo.

Äriastóteles Platónico dijo...

Minerva: tus palabras son aliento para que pueda seguir.

Gracias por ti abrazo.